Interior de un bar en Palma. | Emilio Queirolo

El próximo 31 de mayo expiran las condiciones actuales de los expedientes de regulación temporales de empleo (ERTE), así como la prestación extraordinaria que perciben los trabajadores fijos discontinuos desde el 1 de octubre. Aunque la prórroga de los ERTE se da por asegurada al menos, hasta el próximo mes de septiembre, el Gobierno y los agentes sociales todavía no han llegado a un acuerdo sobre las condiciones de esta nueva prórroga.

Se trata de una cuestión que compete al Gobierno central, por lo que son los sindicatos y patronales estatales que la negocian con los ministerios de Trabajo y Seguridad Social, respectivamente. Sin embargo, es un tema que ocupa y preocupa en Balears, una de las comunidades más beneficiada por esta medida. La decisión que se tome en Madrid y que previsiblemente se aprobará en Consejo de Ministros extraordinario antes del próximo lunes afecta a unos 100.000 trabajadores de Balears.

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Según los últimos datos del Ministerio de Seguridad Social, el 11 de mayo había 27.809 personas en ERTE. Balears es la secta comunidad con mayor número de trabajadores con el empleo suspendido y representan entorno al 8 % del total de afiliados, el segundo porcentaje más alto por detrás de Canarias (13 %). A estos trabajadores hay que añadir los alrededor de 85.000 fijos discontinuos que hay en Balears y de los que solo una parte se ha incorporado a sus puestos. Según los últimos datos del Govern, en marzo había 17.500 fijos discontinuos en activo.

El secretario de CCOO en Balears, José Luis García, se mostró convencido ayer de que los ERTE se van a prorrogar pese a que el acuerdo no está cerrado. Además, aseguró que «lucharán» para que en octubre vuelva la prestación extraordinaria para los fijos discontinuos.

Precisamente sindicatos, patronales y Govern, en la Mesa de Diálogo Social celebrada el pasado jueves, acordaron solicitar al Gobierno que tenga en cuenta a estos trabajadores. Se pidió que las empresas incorporen de forma obligatoria a todos los fijos discontinuos a partir del 1 de junio a los ERTE, para que sigan cobrando prestación. Estos trabajadores se irán incorporando a sus puestos cuando se reactive la actividad, si bien se volverá a solicitar la prestación extraordinaria el próximo invierno, como recordó García.