La acusada a su llegada a los juzgados de Vía Alemania este sábado. | M.A. Cañellas

Un anticipo de la herencia de 112.875 euros fue el motivo, supuestamente, por el cual Inge S., una alemana detenida el viernes en Palma, mató a su anciano padre. La mujer, de 63 años, ingresó este viernes en prisión tras declarar en el juzgado de guardia y será extraditada a Alemania para ser juzgada. En Rosenheim (Baviera) se enfrenta a un delito de homicidio que podría conllevarle penas de cadena perpetua.

El caso, desvelado este sábado en exclusiva por la edición en papel y web de Ultima Hora, fue descubierto por las autoridades alemanas después de que un anciano de 90 años falleciera el 16 de noviembre de 2021 en una clínica de aquel país. No se trataba de un fallecimiento natural, debido a su edad, si no que los médicos detectaron que había sido drogado con Diazepam y morfina, entre otras sustancias. Se le administraron entre el 1 de mayo y el 2 de noviembre del año pasado y las Benzodiazepinas, mezcladas con opiáceos, pusieron en serio peligro su vida. También le ocasionaron una sepsis, que provocó su hospitalización urgente. Murió días después.

Traslado a Palma

Tras el fallecimiento del anciano, a Inge le tocó un anticipo de herencia de 112.875 euros y se vino a vivir a Palma, con su hija. Ambas residían en sendos pisos de Monseñor Palmer y Bisbe Berenguer de Palou. El cerco se fue estrechando sobre la sexagenaria y se descubrió que utilizó a algunas personas para que suministraran las drogas a su padre, alegando que eran medicamentos para sus achaques. En realidad, estos colaboradores no sabían lo que estaba pasando. Finalmente, el 14 de enero la Fiscalía alemana emitió una orden de detención contra Inge.

La mujer fue detenida el viernes y este sábado por la mañana la Policía Nacional la trasladó al juzgado, acompañada de su abogado Miguel Ángel Ordinas. Su hija quedó en libertad y los dos pisos fueron registrados por los agentes, que se llevaron seis teléfonos móviles, medicamentos, cuadernos y unas notas manuscritas. Precisamente, uno de estos escritos podría incriminar a la acusada en el crimen. En los juzgados declaró por videoconferencia con la Audiencia Nacional y aceptó ser extraditada a su país, para ser juzgada. Se expone a ser condenada a cadena perpetua. Al mediodía, fue trasladada a la cárcel de Palma. Su hija, y nieta del fallecido, ha negado que la estuviera encubriendo.