El diputado Agustín Buades y el secretario general de Vox Baleares, Sergio Rodríguez, en la última reunión de urgencia. | Teresa Ayuga

El Comité Ejecutivo Provincial de Vox Baleares infiltró a una confidente en una reunión organizada por los regidores de Mallorca que criticaron públicamente hace tres semanas la manera de hacer de la cúpula, según denuncian fuentes descontentas con la dirección. La informante, miembro del partido, supuestamente participó en un encuentro que se produjo poco antes de la cita, que consiguió rebajar la tensión interna, que ahora ha aflorado tras saberse que esta misma persona tendrá un cargo como coordinadora municipal de la formación. Un hecho que ha molestado a los regidores díscolos, que han forzado otro encuentro para este martes. El secretario general, Sergio Rodríguez, niega que haya cualquier asunto serio de disidencia interna organizada, como mucho algún descontento.

En la reunión, la confidente, que acudía por primera vez a una cita convocada por el sector crítico, preguntó «demasiado», algo que levantó sospechas; además, otros miembros de Vox en las Islas críticos con la cúpula no pidieron tantas explicaciones. Este hecho, sumado a la amenaza de muerte que uno de los ediles denunció ante la Guardia Civil, como avanzó este diario, es visto como una estrategia de provocación para que dejen el cargo. Cabe decir que la denuncia fue retirada cuando el culpable confesó y llegó a un acuerdo de confidencialidad con el edil afectado.

Pese a todo, desde el sector crítico, de momento, apuestan por continuar ejerciendo como regidores, aunque lo harán sin seguir las directrices de la cúpula. Inicialmente amenazaron con dimitir en bloque, lo que motivó la urgencia de la última reunión con la dirección. Los díscolos aseguran que siguen defendiendo la ideología y el proyecto del partido, aunque cada vez tienen más dudas por cómo las direcciones, tanto balear como nacional, gestionan la formación.

La dimisión del gerente de Vox, Juan José Aizcorbe, tras saberse que el partido ha pasado durante cuatro años casi 7 millones a la fundación privada Disenso, que preside Santiago Abascal, como adelantó elDiario.es, tampoco ha gustado a los críticos de Mallorca. Los ediles también censuraron cómo se ha gestionado la asignación de cargos institucionales tras formar gobierno con el PP en diversos ayuntamientos y en el Consell. No entienden que se fichara, por ejemplo, a dos exconselleras de Ciudadanos.