El conseller Vera en la sesión plenaria del martes. Detras, representantes de Vox. | Jaume Morey

El conseller d’Educació, Antoni Vera, afirmó el martes que el Govern elaborará un «plan de actuación que empezará por la etapa infantil» para iniciar la libre elección de lengua en la escuela y que «pondremos recursos». Después de una sesión plenaria que incluyó hasta 14 preguntas directamente relacionadas con este asunto y la ruptura de voto la semana pasada (y de otras en las que también se aludió de manera tangencial), lo que dijo Vera fue lo más parecido a algo concreto. Y, pese a todo, Vera no convenció a Vox.

Tanto la diputada Manuel Cañadas como el diputado Agustín Buades (del grupo más duró de la formación ultra) lo dejaron claro. La primera dijo que «su actitud no nos permite ser socios y nos deja en la oposición» y el segundo que si Vera no garantiza un calendario, el Govern no podría cumplir sus planes.

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Buades se expresó así no en una pregunta relacionada con las lengua, sino en una que formuló a la consellera de Families y Serveis Socials, Catalina Cirer, sobre los planes del Institut Balear de la Dona (IBD). La consellera se sintió muy molesta ante ese comentario. Tanto que indicó que le respondía «por respeto» pero que esa alusión le había parecido «una amenaza».

Vera y todo el Govern se sintieron entre dos fuegos. Y así mientras la diputada Cañadas le acusó de «bloquear la libre elección de lengua en las educación por miedo a la calle» y de ser «rehén de la izquierda», desde el PSIB, Més per Mallorca y Més per Menorca le acusaron de lo contrario: de haber elegido «segregar en las aulas». Según le dijo el portavoz socialista Iago Negueruela a la presidenta Prohens «han caído las caretas, ahora ha quedado claro que sólo buscan cómo segregar».

El Govern sigue sin mayoría para aprobar los Presupuestos tras bloquear el techo de gasto. Tanto Negueruela como Lluís Apesteguia (Més per Mallorca) y Josep Castells (Més per Menorca) hicieron ofertas sobre este asunto. Eso sí, a cambio de renunciar a «segregar» en las aulas. Los portavoces lamentaron que Prohens no diera una respuesta clara. Negueruela incluso afirmó que no ponía «líneas rojas», salvo la lengua. Ante las preguntas de «cuánto estaba dispuesta a pagar por seguir en el Govern», Prohens les dijo que no podían dar lecciones: a Més por plegarse al PSIB y este por «las renuncias de Sánchez» a Junts.