El interior del almacen del Banc d’Aliments Mallorca. | P. Pellicer

La Consellera de Famílies i Afers Socials, Catalina Cirer, considera un error la futura implantación de las tarjetas monederos impulsadas por el Ministerio de Derecho Social y Agenda 2030 porque dejará fuera de las ayudas a una gran parte del colectivo más vulnerable de Baleares.

La medida estatal sustituye las cestas de alimentos por tarjetas con dinero canjeables en distintos supermercados. La idea nació la pasada legislatura para desestigmatizar la denominada ‘cola del hambre’. Sin embargo, no tiene en cuenta a todas las personas y, según calcularon desde la secretaría de Estado de Derechos Sociales, beneficiará solamente a 70.000 familias con hijos a cargo de todo el país.

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La consellera de Famílies tildó en un comunicado de «improvisada y precipitada» esta medida y criticó, precisamente, que deje fuera «muchos colectivos vulnerables». Además, recordó que hay pueblos y municipios de Baleares que no cuentan con establecimientos vinculados a la tarjeta monedero y eso dificultaría más que pudiesen acogerse a la ayuda social. Una vez se apruebe la norma, el próximo mes de abril, será el Gobierno central quien lidere la distribución hasta 2025, que la gestión pasará a manos de las comunidades autónomas.

Modelo mixto
El Govern plantea un modelo mixto, que convivirá la tarjeta monedero con la distribución de alimentos, como hasta ahora. Para esto, habrá una subvención de 1,6 millones de euros adherida a entidades que reparten alimentos y a comedores sociales. La primera convocatoria ya se abrió a finales de 2023 y está prevista que haya dos más, en 2024 y en 2025. Con esta idea, Cirer pretende cubrir al colectivo que se queda fuera del modelo que implantará el Gobierno de Pedro Sánchez y responde, por otra parte, al hecho insular, «que ni se ha tenido en cuenta».