Antoni Marí, Víctor Beltrán, Manuel Gallego y Luis Fernández Galiano, en el hotel Los Molinos. FOTO: GERMAN G. LAMA

«La arquitectura también es arte, y debe poder ser juzgada como se opina sobre un cuadro, un libro o una pieza de música». De este modo se explicaba ayer el arquitecto Luis Fernández Galiano, quien, junto con los también arquitectos Manuel Gallego y Víctor Beltrán, forma el jurado de los Premis d'Arquitectura convocados por la demarcación pitiusa del Col·legi Oficial d'Arquitectes de Balears, cuyo fallo será dado a conocer, según indicó el comisario del certamen, Antoni Marí, a mediados del próximo mes de junio.

Manuel Gallego puso de manifiesto su impresión de que en Eivissa hay, en la actualidad, «una arquitectura sin estridencias» pese al poco conocimiento que, reconoció, tiene de la isla. Tanto Gallego como Fernández Galiano, coincidieron al señalar, durante su visita a Eivissa para evaluar los 22 proyectos presentados al concurso, que el momento más especial fue el recorrido que realizaron por la urbanización de Can Pep Simó en punta Martinet, obra de Josep Lluís Sert.

Los miembros del jurado se mostraron muy prudentes a la hora de valorar los proyectos que concurren al certamen, limitándose a indicar que han podido ver obras muy interesantes. En este aspecto, Víctor Beltrán indicó que, pese a conocer bien varios de los edificios a concurso, ha descubierto algunos «muy interesantes, que demuestran que la arquitectura en Eivissa y Formentera está en la línea de la que se lleva a cabo en otros lugares. Está al día», remarcó.

Gallego y Fernández Galiano, además, juzgaron satisfactoriamente la intención de la demarcación del Col·legi d'Arquitectes de declarar Bien de Interés Cultural (BIC) la urbanización de Can Pep Simó y el domicilio del arquitecto Erwin Broner en sa Penya.