JULIO HERRANZ

«La idea es que el museo sea una realidad a principios de 2011; algo que es factible si no surgen imponderables que en este momento no se pueden prever». Con esa lógica cláusula de prudencia, al llover sobre mojado, el director de Museu Arqueològic d'Eivissa, Jordi Fernández, precisó ayer a este periódico su esperanza de que se reabra por fin el Museu Monogràfic del Puig des Molins, una sección del Arqueològic cerrado al público por reformas desde 1995. «Se han abierto ya las plicas de las cuatro empresas que se presentaron para hacer las obras, responsabilidad de la gerencia de infraestructuras del Ministerio de Cultura».

Lo que se va a hacer «es solventar todos los problemas que quedaron pendientes en la reforma general, y que por diversas circunstancias no se pudieron terminar. Algo absolutamente imprescindible, porque si no, no se podría iniciar el montaje del museo», apuntó Fernández, estimando que la duración prevista de las obras será de unos seis meses, con un coste que puede acercarse a los 800.000 euros. «La inversión ya está aprobada, por lo que no puede haber problemas en ese sentido. En cuanto a la musealización, se intentará hacer al mismo tiempo que las obras».

Una lista notable

La lista de problemas que quedaron pendientes tras la reforma general del Museu Monogràfic del Puig des Molins, es notable, pues, a bote pronto, sin ser exhaustiva, su director enumeró las siguientes: «Entre otras cosas, hay un pequeño quiebro en el ascensor de minusválidos; un problema con las luces que tienen que iluminar perimetralmente el edificio, que no están bien hermetizadas y tragan agua, lo que puede producir cortocircuitos; la recogida de las aguas no está bien hecha, lo que produce humedades en un lateral del museo; la escalera de acceso de la rampa exterior tiene un problema de nivelación que estanca el agua cuando llueve, y al mismo tiempo, una degradación de las losas que han hecho que se tendrán que reparar o modificar».

Y más, pues haciendo memoria, Jordi Fernández todavía apuntó estas otras deficiencias. «También hay cuestiones como la reestructuración de los aires acondicionados, porque tienen problemas de ubicación; o temas de reubicación de los sistemas de seguridad y de los accesos a las instalaciones en una zona en donde irán las vitrinas».

Una relación de problemas bien llamativa a ojos de un profano para una reforma en la que se ha invertido demasiado tiempo y, probablemente, demasiado dinero. Acaso, por no hacer las cosas bien en su momento.