Jordi Pereyra Marí durante la presentación en la Escola d’Enginyeria Tècnica Industrial de Barcelona.

«Tenía unos doce años y en esa época no tenía internet en casa», explica Jordi Pereyra Marí, que añade: «A partir de ese momento comencé a plasmar en papel mi mundo de fantasía y todas las cosas que pasaban por mi cabeza con el fin de recordarlas cuando fuera mayor, aunque nunca tuve en mente sacar un provecho comercial de lo que escribía». Ahora, con 21 años, este joven estudiante de ingeniería ha publicado su primera novela El proyecto wormhole (Ediciones Atlantis). El ibicenco tiene previsto presentar la novela en noviembre en la librería Hipérbole de Vila.

-De pequeño sentía curiosidad por la paleontología o la astronomía, ¿qué temática despierta su interés y ha conseguido calar en su novela?
-Me interesa mucho la geología, hago colección de minerales. También me gusta mucho la historia, tanto la oficial como la historia conspiratoria del origen extraterrestre de las pirámides, por ejemplo. ¡He tenido tantas épocas! (risas).

-¿Cómo acaba un estudiante de Ingeniería Industrial especializada en Mecánica publicando su primera novela?
-Los de estudiar ingeniería es más por enriquecimiento personal que por vocación. Decidí comenzar los estudios en una rama que me interesaba porque, si se da el caso que no puedo ser escritor, no me importaría trabajar como ingeniero porque también me gusta mucho.

-De momento no es un mal comienzo ya que pocos autores pueden ver su primer trabajo publicado, ¿cómo ha sido el proceso?
-Esta novela comencé a escribirla desde los doce hasta principio de los catorce años y ni siquiera tenía este título. Se llamaba La Tierra sin tiempo y era una especie de historia fantástica de un tío que acababa en una dimensión diferente pero en plan más mágico. Más que argumento tenía muchas peleas seguidas porque yo en esa época veía mucho Dragon Ball (risas). Posteriormente la fui releyendo y reorganizando las ideas aplicando mis conocimientos de física teórica con el fin de obtener un argumento más consistente y más o menos racional.

-¿Y cómo definiría el resultado de estas relecturas y reescrituras?
-Es algo así como darwinismo aplicado al argumento de una novela fantástica y, al mismo tiempo, comencé a leer sobre dimensiones paralelas y sobre que en ellas podía existir cualquier cosa. Así, siguiendo las leyes de la física, decidí crear una dimensión paralela creada a partir de elementos lógicos.

-¿Por qué cree que la posibilidad de viajar en el tiempo y el espacio nos sigue resultando tan atractiva?
-Es el elemento imaginativo que nos permite plantearnos la posibilidad de que exista algo distinto más allá de lo que conocemos. Existe un punto de intriga en la novela que nos permite recrear mundos paralelos de cuya existencia no existen pruebas empíricas, que hacen que no nos sintamos tan solos y que nos otorgan la sensación de que aún queda mundo por descubrir, como ocurría en el viejo mundo, cuando aún había planeta por descubrir, pues lo mismo pero con dimensiones.

-¿Ya está pensando en su próxima novela?
-Hacía tiempo que pensaba en la siguiente. Tiene que haber una segunda parte porque era una historia demasiado larga para incluirla en un solo tomo. Aparte de incluir a varios personajes en una dimensión paralela falta explicar su regreso a la Tierra y el efecto que ha tenido la creación de agujeros de gusano en el espacio tiempo del planeta. Al jugar con las leyes de la naturaleza, el tejido dimensional está dañado. En la segunda parte se contará la historia de cómo logran arreglar esto, pero aún estoy pensando este punto.

Jack Grant como espejo
«Al principio, cuando escribía, me resultaba más fácil narrar la historia en primera persona», asegura Pereyra que, más que considerar a Jack Grant, el protagonista de El proyecto wormhole como un alter ego, dice que «es un reflejo de lo que me gustaría ser en realidad». Y bromea diciendo que, el brillante expediente académico del personaje dista mucho del suyo.
Asimismo, el padre del protagonista de la novela está basado en el padre del autor que asegura que, la protagonista femenina, «es un conjunto de las mujeres que me han inspirado a lo largo de mi vida».