El director austríaco Günter Schwaiger durante su reciente visita a la Isla.

«Volver al origen de una historia y traer la película después de todo este largo viaje que ha sido este rodaje, en todos los sentidos, proyectar aquí la película, en un cine, ha sido muy especial», aseguraba el cineasta austríaco Günter Schwaiger, días después de que su documental Ibiza Occident se estrenara en una sala del Cine Serra. La cinta muestra, a través del testimonio de personajes muy diversos, cómo funciona la maquinaria que año tras año convierte a la Isla en el centro mundial del ocio. La crítica y el público se han rendido a este trabajo que Televisión Española emitirá el próximo mes de mayo o junio.

-Su objetivo era estrenar ‘Ibiza Occident' en el cine y lo ha conseguido...
-Colgar el cartel de no hay billetes en el Festival de Cine de Montreal fue algo muy bonito porque no es fácil llevar un documental a un cine. Es un género que la gente relaciona cada vez más con la televisión. Sin embargo, nosotros insistimos mucho en que queríamos estrenarlo en salas de cine. Lo hicimos en Austria, ahora en España y lo haremos en Alemania y Holanda, que también me hace mucha ilusión.

-¿Qué le parece haber estrenado en el mes de febrero?
-Me gusta haber estrenado en invierno porque así lo ha podido ver la gente que está aquí, los que viven aquí y los que personalmente me importa más si les gusta o no la película.

-¿Cómo ha respondido la gente tras el estreno?
-La reacción de la gente mayor fue como vivir una aventura que les permitió sumergirse en un mundo que saben que existe pero que no conocen. Como el tema de la fiesta está tratado con respeto han sacado una experiencia y creo que les ha gustado. Además, la película tiene un punto de vista accesible porque no se trata de asustar a la gente. Mi intención es darle al público la clave para poder entrar y entender el mundo de la noche huyendo del morbo que han buscado muchos reportajes. La película pretende todo lo contrario, trata de explicar cómo funciona esta compleja industria y por qué es tan fascinante. La gente joven, por otro lado, se sentía identificada. Ser respetuoso no significa ser complaciente.


-¿Qué ha supuesto para usted el rodaje de este documental?
-Este viaje a Eivissa, a través de la película, para mí ha sido un reencuentro con valores que se han perdido en muchos sitios. La tolerancia, por ejemplo, no la trajeron los hippies sino que es parte de la idiosincrasia de la Isla. Parece un tópico pero es algo que se me ha confirmado completamente. Eso es algo que es importante transmitir y ser políticamente incorrecto. Lo correcto sería criticar esta industria, decir que es algo malo, pero no.

-Me ha sorprendido que, en medio de la vorágine de la fiesta, varios personajes tienen tiempo para plantear sus reflexiones profundas...
-Para mí, de todas mis películas esta es la más filosófica. Si te permites mirar en su interior, te das cuenta de que aquí la gente reflexiona mucho. Enseguida cogen confianza y te cuentan su vida, sus pensamientos. Es una isla muy contemplativa y ahí reside la clave del éxito de los clubs. La isla no podría funcionar sin esos dos tempos, sin ese contraste.

-En su película también hay sitio para una Eivissa más tradicional...
-Sí, porque el hecho de que se haya conservado la canción tradicional, pese a las enormes influencias que recibe de otros estilos, dice mucho sobre la Isla, sobre el amor hacia su propia cultura. Existe una identidad muy fuerte que no sufre con la influencia externa y que, sin embargo, no rechaza, no es hostil con lo de fuera. Eso habla de un carácter muy fuerte y arraigado. Como si de una persona se tratara, esta actitud demuestra una enorme autoconfianza.

«No es una película de Djs»
Günter Schwaiger estudió etnología y teatro en la Universidad de Viena. Es esa mirada antropológica la que dota a su documental de una enorme objetividad. «Para mí el cine tiene que aportarme una experiencia y aquí ha sido algo muy placentero pero, a la vez, algo muy profundo», asegura el director.
La selección de testimonios reproduce la voluntad inicial con la que nació este proyecto. «No es una película de Djs y superestrellas», reconoce. En este sentido, ha optado por reflejar el punto de vista de personas de diferentes ámbitos profesionales que llevan varios años en Eivissa frente a la posibilidad de hablar con los Djs ‘superestrellas' como David Guetta o Bob Sinclar que, según él, «no podían aportar nada a esta película tal y como estaba planteada».