La londinense Royal Academy of Arts clausuró recientemente una exposición del célebre artista británico David Hockney titulada A bigger picture (cuya traducción no literal sería Una perspectiva más amplia). En ella, el septuagenario artista mostraba una serie de cincuenta y una piezas creadas con el famoso iPad, de Apple y que representaban paisajes del Parque Nacional de Yosemite en California.
Lo que comenzó siendo para él una manera de entretenerse con la aplicación ‘Brushes’ instalada en su primer iPhone, que adquirió en el invierno de 2008, acabó formando parte de la muestra que ha permanecido abierta en el céntrico museo de la capital británica en diferentes. A finales de año, cuando descubrió las posibilidades de la tableta, comenzó a imprimir sus dibujos en papel, en una escala mayor que la que ofrece la pantalla. «Cuanto más profundizaba en el iPad, más me daba cuenta del fantástico medio que es para pintar paisajes. Hay ciertas cosas que puedes hacer muy rápidamente usándolo», explicaba Hockney, cuya exitosa carrera como pintor, ilustrador, dibujante y escenógrafo siempre ha destacado por su innovador uso e implementación de la tecnología.
Por este motivo, Josep Vallribera, Holger E. Dunckel, Franck R. Tassi y Jesús Albarrán, familiarizados con la obra de Hockney y conocidos por la implementación de diferentes tecnologías en su obra opinan sobre el creciente uso de la tecnología en las últimas décadas y en su implementación en las artes plásticas y en la creación artística en general.
Pese a que la mayoría de ellos es favorable al uso de la tecnología y consideran que su incorporación creativa es inevitable, el escepticismo también está presente entre ellos en cierta medida.

Jesús Albarrán, rendido al uso de las nuevas tecnologías
El artista de Toledo afincado en Eivissa, Jesús Albarrán, ha desarrollado su obra reciente utilizando los vectores informáticos. Partiendo de esta premisa, a nadie le extrañará que se muestre completamente a favor del uso de soportes artísticos de última generación. Pese a que utiliza el sistema Windows y un programa de edición y diseño de imagen, afirma que conoce las aplicaciones del iPad y no está en contra de su uso en ningún caso. «Los artistas siempre han utilizado la tecnología que la época en que viven les ha puesto en sus manos», apunta.
«Sobre todo cuando se trata de artistas un poco mayores, como es mi caso, nos encontramos un poco enclaustrados en lo tradicional y creo que tenemos que estar abiertos a todo lo nuevo», afirma Albarrán que señala que los artistas jóvenes están más familiarizados con este tipo de soportes y que, por lo tanto, su creatividad puede adaptarse a ellos.
«Hacen la función de lo que podría desempeñar un bloc de notas y su tamaño te permite usarlo en cualquier parte», comenta Albarrán, que matiza que el uso del iPad debe limitarse a obras que posteriormente puedan ser mostradas en otro soporte, tal y como ha hecho Hockney en su muestra londinense. «En este caso, las reproducciones son sobre papel pero, quien sabe si en un futuro, las obras pueden mostrarse en formato de proyección o videomapping».
En este sentido, para Albarrán, la informática es tan solo un estadio previo a la conclusión de una obra. Y es que, una vez realizada la vectorización de una imagen, ésta es luego tratada en la manera que cada creación particular requiere. Por lo tanto, su uso supone un medio más y no el fin de su trabajo.

Holger E. Dunckel, un punto de vista escéptico
«Siempre me he considerado un innovador a la hora de aplicar técnicas nuevas hasta este momento, en el que uso la fotografía de difusión, que es pintura hecha con una cámara», explicaba ayer el artista alemán Holger E. Dunckel, afincado en Sant Joan desde hace más de treinta años.
Para él, «la pintura hoy en día lo tiene muy difícil porque ya está todo pintado». Al corriente de las últimas tendencias en su país natal, Dunckel asegura que el éxito de sus compatriotas consiste en aplicar una técnica innovadora con el fin de obtener un resultado realista e impactante. Mientras que él se mantiene fiel al PC como método tecnológico para trabajar sobre sus obras. Para describir la manera en que plasma de manera inmediata las ideas que surgen de la inspiración, Dunckel cita al escritor surrealista André Breton que aseguraba que «el máximo exponente del surrealismo es lo que ocurre de manera accidental», y que por lo tanto él tiende a crear directamente.
Por esta razón, Dunckel muestra cierto escepticismo a la hora de opinar sobre la presencia de las obras de David Hockney en un museo. «Creo que es algo raro y que se acerca más a un montaje de marketing que a otra cosa», afirma el alemán, que añade: «Si esto lo hiciera cualquier otra persona, no tendría ningún tipo de interés, es sólo porque se trata de un pintor de renombre».
Según él, que conoce las obras, el resultado no es demasiado trascendental.

Una mirada crítica que incide sobre la Historia del Arte
La obra del artista francés afincado en Sant Antoni, Franck R. Tassi, destaca por transgredir los límites de lo estrictamente escultórico y lo puramente pictórico. El uso de piezas mecánicas para crear humanoides le ha valido el reconocimiento de su obra en toda Europa.
Pese a lo iconoclasta de su trabajo se confiesa completamente contrario al uso del iPad, incluso como si de un bloc de anotar ideas se tratara. «No lo he he hecho jamás, ni siquiera con un cuaderno de papel así que menos con una tableta», afirma.
Por ello, asegura que su concepto del arte se aleja de la obra creada por David Hockney. «Para mí, el arte es cuestión de sudor, no sólo de inspiración», afirma el francés, que añade: «Mientras que cuando se empezó a hacer arte, la gente debía estudiar durante años para convertirse en un maestro, parece que hoy en día cualquiera puede hacer algo y pasar por un artista y creador».
Para Tassi, la rapidez con la que se crea una obra le otorga cierto grado de «facilidad» pese a que no le resta genialidad ya que, según él, «alguien que tiene talento e imaginación puede llegar a hacer un esfuerzo por obtener este grado de facilidad».
Es por ello que, el artista considera que de esta serie de David Hockney no quedará nada para la historia una vez pase la moda o el entusiasmo de la novedad. «Creo que no tendrá trascendencia alguna en la Historia del Arte ya que hay una gran proliferación de artistas que nacen y desaparecen dos días después», afirma Tassi. Pese a que éste no es el caso del pintor británico que ha expuesto su obra en la Royal Academy, el escultor francés apunta que «un museo que presenta obras creadas en iPad se enfrentará a un material obsoleto que carecerá de interés dentro de dos años» y concluye diciendo que la posibilidad de imprimir cientos de copias de una misma obra le restan valor.

Plena confianza en los soportes artísticos del futuro
El pintor Josep Vallribera no duda ni un instante en mostrarse en favor de la implementación de la tecnología más avanzada aplicada a la creación artística. «La pintura no deja de ser una tecnología en la que influye la tela, el papel y los materiales que se usan», asegura Vallribera.
El artista usa de manera habitual la tableta de Apple. Sin embargo, a diferencia de lo que hace Hockney, él la utiliza como soporte para poder mostrar su trabajo fácilmente a todo aquel que esté interesado así como para ordenar sus proyectos.
Pese a qué el no la usa para dibujar, afirma con contundencia que «lo importante es el resultado». El creador, asegura que el uso de la tecnología siempre ha sido altamente importante en el arte y no sólo eso, sino que se remonta a tiempos muy antiguos. «Lo queramos o no, siempre estamos casados con la tecnología porque es ella la que nos proporciona los materiales para crear», señala. Vallribera utiliza el iPad para plasmar ideas creativas que surgen espontáneamente así como para tomar fotografías de ideas que posteriormente reproduce en sus obras.
Es probablemente esta versatilidad a la hora de usar la tecnología la que le permite aseverar que, independientemente del medio con el que esté hecho, hay que valorar si la obra es interesante o no por sí misma.
«Creo que el arte se hace entre todos, no sólo depende del artista», explica Vallribera, que añade: «Hoy en día no existe una diferencia entre crear algo con un iPad o una cámara fotográfica, lo importante es el resultado». El artista concluye diciendo que: «No se puede pretender que los jóvenes de hoy en día trabajen con los mismos recursos que hace cincuenta años».