La actuación de Kasabian fue un rotundo éxito la noche del miércoles. | La Skimal

Cuando una banda como Kasabian te entona el Happy Birthday durante su concierto es que algo debes haber hecho bien a lo largo del tiempo. Y eso es exactamente lo que ocurrió en la noche del pasado miércoles sobre el escenario de Ibiza Rocks, en Sant Antoni, donde esta cita musical veraniega celebraba su séptimo aniversario con una fiesta que contó con los británicos como cabeza de cartel.


Con una puntualidad digna de mención, el grupo británico formado por Tom Meighan, Sergio Pizzorno, Chris Edwards e Ian Mathews arrancó con Days are Forgotten, uno de los temas de su último disco, Velociraptor, y desde aquel momento quedó comprobado que la comunión con el público sería absoluta. Con chaqueta vaquera y unas vistosas gafas de montura roja, Meighan se situó frente a los algo más de dos mil espectadores que abarrotaban la terraza de la piscina del hotel y les hizo cantar, aplaudir, saltar, agacharse… mientras desgranaba un repertorio en el que la banda presentaba Velociraptor, pero que no hizo ascos a sus temas más emblemáticos. Así, la segunda canción ya fue Shoot the Runner, del año 2007.


Entregada, la concurrencia cantaba cada frase de cada canción y entonaba a voz en grito los estribillos. Desde los balcones e incluso desde el tejado del hotel, los fans bailaban al son que Kasabian marcaba implacable como un martillo. Fue una hora y media de concierto y por allí pasaron canciones como Velociraptor, Underdog, Where Did All The Love, Let’s Roll Just Like, Processed Beats, I.D., Take Aim (que unieron a una versión del clásico pop de 1980 Everybody’s Got To Learn Sometime, de los también británicos The Korgis), Clubfoot, Re-Wired, Stuntman, Man of Simple y Lost Souls Forever, a la que siguió el mencionado Happy Birthday coreado por todo el mundo. Quedaban los bises, pero el repertorio ya había recorrido todo el espectro histórico de Kasabian. A la tarta de cumpleaños añadieron otros tres temas: Switchblade Smiles, Vlad the Impaler y Fire. Y para sorpresa de los asistentes, sobre el escenario quedó Meigham junto al micrófono del guitarrista y entonó brevemente, sin acompañamiento, algunas frases del She Loves You de los Beatles.


Toy


Pero no solo de Kasabian se alimentó el aniversario de Ibiza Rocks. El cartel incluía al joven grupo Toy, teloneros habituales de The Horrors y banda a tener en cuenta de ahora en adelante. Cuando aún no han lanzado al mercado su primer álbum (que se titulará Toy y verá la luz en septiembre), el quinteto (Tom Dougall, Dominic O’Dair, Maxim Barron, Alejandra Diez y Charlie Salvidge) ofreció en Sant Antoni un concierto de cuarenta minutos que se quedó muy corto visto lo que ofrecían. Con una imagen sacada de la época sesentera de Pink Floyd y un sonido propio que basculaba momentáneamente entre Sonic Youth y Velvet Underground, Toy ocupó el escenario aún de día aunque ya con numeroso público. Sus dos primeros sencillos hicieron pronto acto de presencia: Motoring, que se incluirá en su álbum, y Left Myself Behind/Clock Chime, que fue su carta de presentación y que en sus casi diez minutos de duración mostró de lo que el grupo es capaz, con atmósferas sonoras y controladas distorsiones que contrastaban con la corta duración del resto de sus temas, que apenas alcanzaban los cuatro minutos. A lo largo del tiempo, Ibiza Rocks ha demostrado tener olfato para sus grupos teloneros, normalmente de una calidad excelente. Y Toy no fue una excepción.


La jornada de celebración la completó Zane Lowe, locutor de BBC1 y una auténtica estrella para el público británico, que literalmente se volvió loco desde su aparición en el escenario. Puede que como dj se le pueda poner algún pero, aunque como showman no tiene precio.