El mensaje ha calado ya entre la sociedad: la deuda pública ahoga a Balears. Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y no podemos gastar más de lo que ingresamos. Deuda para hoy son intereses para mañana, por lo que reducir el déficit público es imprescindible. Endeudarse puede ser una solución puntual, un recurso para aumentar la inversión en infraestructuras, pero no puede convertirse en la fórmula para mantener el estado del bienestar. De todos modos, la deuda se acumula desde hace más de veinte años y todos los gobiernos justifican su endeudamiento por un motivo u otro.


Cualquier gobierno, independientemente de sus ideas, considera fundamental conservar los servicios básicos esenciales (sanidad, educación y atención social). Endeudarse fue el primer recurso del Govern durante años, pero los parámetros marcados por Madrid y Bruselas hacían del todo inviable seguir incrementando la deuda pública de manera exponencial. Entonces llegó la austeridad y el control presupuestario riguroso.


La deuda de Balears se ha multiplicado por 25 en los últimos 20 años, aunque el crecimiento más espectacular se inició en 2008. Entonces era solo de 2.427 millones de euros y el pasado 2013 se cerró en 6.586. Además, en los dos últimos ejercicios se ha incrementado en más de mil millones anuales debido a déficits presupuestarios crecientes. Por primera vez, Balears cumplió el objetivo de déficit el año pasado (1,3%, por debajo del límite del 1,47%).


El precio del dinero se ha abaratado desde 2012, pero en los próximos diez años Balears tendrá que pagar más de 1.300 millones de euros solo en intereses. La cifra puede variar según como evolucionen la economía y del precio del dinero. De hecho, el ministro Cristóbal Montoro anunció en la última reunión del Consejo de Política Fiscal una rebaja del tipo de interés del dinero que el Gobierno central ha prestado a las comunidades mediante el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), pasando del 2,5% al 1%. Balears se ahorrará 75,28 millones de euros, aunque de todos modos parece complicado que el Govern pueda rebajar significativamente los 1.300 millones de intereses que anunció el informe de la Sindicatura de Comptes correspondiente al año 2012.

LOS CONSELLERS. En junio de 2003, Lluís Ramis de Ayreflor Cardell era nombrado conseller d’Economia, Hisenda i Innovació. Durante el mandato popular, el déficit pasó del 0,4% del PIB al 1,9% y el ratio de deuda aumentó del 4,4% al 6,9% del PIB. Con estas cifras, la deuda en términos absolutos aumentó de 858 millones hasta 1.798.
Lluís Ramis justifica estas cifras por diferentes motivos. En primer lugar, explica que de este incremento de la deuda de 1.000 millones, 400 correspondían a convenios de carretera impagados. Durante su mandato se iniciaron nombrosas infraestructuras, entre las que destaca el hospital de Son Espases. “Había un déficit permanente en la transferencia de competencias. Teníamos que gestionar Sanidad y Educación, pero había una carencia muy importante de infraestructuras”, cree. Y sentencia: “Nosotros nunca financiamos gastos corrientes con déficit, sino que eran nuevas inversiones”, aludiendo a la gestión del Govern posterior.


El socialista Carles Manera Erbina le sucedió en el cargo en julio de 2007. A partir del año siguiente y con el inicio de la crisis económica, el gasto público se mantuvo mientras se reducían los ingresos de la Comunitat, lo que provocó el aumento del déficit sobre el PIB, que fue del 3,28% en 2008, del 3,25% en 2009, del 4% en 2010 y del 4,19% a finales de 2011. Y mientras, una fuerte recesión hacía caer el Producto Interior Bruto (PIB). En 2008 se registró un crecimiento (1,3%) menor que el año anterior (3,4%), en 2009 el PIB tuvo una espectacular caída del 4,3% y en 2010 disminuyó un 1,3%. Aunque en 2011 la variación del PIB fue un punto positiva, que la actividad bajara afectó a la deuda. Balears debía en 2007 el 6,9% del PIB, y en términos absolutos se duplicó.
“La caída de ingresos en la segunda mitad de 2008 fue espectacular, yo ya lo advertí. De hecho, en 2011 la liquidación del ejercicio anterior mostró un desfase de 900 millones de euros”, explica.


Aún así, la deuda pública pasó de 1.745 millones en 2007 a 3.982 en 2011. El exconseller justifica su actuación: “No quisimos que la reducción de los ingresos afectara a servicios públicos básicos. La deuda y el déficit aumentaron pero no se recortaron prestaciones públicas esenciales”, dice tajante. Y añade: “De todas maneras, ahora la deuda llega a los 7.000 millones, es muy superior a cuando yo me fui. Las diferencias ahora son sustanciales: ha aumentado el endeudamiento y se han recortado prestaciones en Sanidad, Educación y Dependencia, además de la expulsión de mano de obra pública de maestros y personal sanitario”, insiste Manera. Además, cree que su gobierno se encontró “algo mucho peor” que facturas en los cajones: “la mala gestión del metro o de las autopistas de Eivissa se tuvo que asumir con deuda pública por irresponsabilidad del Govern anterior, porque de 2003 a 2007 la economía pública se sobrecalentó”. Atrás queda el capítulo de la deuda comercial que tenía el Govern con los proveedores. Aguiló dijo que se debían 1.200 millones, y en cambio Manera sostiene que “como mucho fueron 400”.

VUELTA A LA AUSTERIDAD. La llegada de Bauzá, a mediados de junio de 2011, no sirvió para reducir la ratio de déficit aquel año, que alcanzó el 4,19%. Lo que sí hizo Josep Ignasi Aguiló Fuster fue poner el santo al cielo por las facturas que el Govern debía a los proveedores. “En 2010 se cerró el crédito por la falta de confianza de los mercados. Nosotros hicimos una serie de cambios legislativos para activar de nuevo la economía: desbloqueamos la apertura de comercios y también hicimos que pudieran abrir los establecimientos del centro de Palma los domingos y festivos”. Estos ajustes procíclicos dieron, al cabo de un tiempo, un crecimiento “más sólido”.
Aguiló se refiere al duro plan de ajuste que presentó en mayo de 2012, un informe de 60 páginas al que llamó Plan para el Equilibrio Económico de Balears, justificado según José Ramón Bauzá porque la Comunitat estaba “al borde de ser intervenida”. El Govern incluía en este plan el aumento del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y el céntimo sanitario, y sacó la tijera para reducir el gasto público en 263 millones. El objetivo era parar la rueda incrementalista del déficit. “Se hizo un esfuerzo titánico. Si en España faltaban un 25% de los ingresos para suplir el déficit, en Balears faltaba el 35%. Es decir, que si el presupuesto de Balears era aproximadamente de 3.000 millones, 1.000 millones faltaban”, explica Aguiló. “Conseguimos generar credibilidad, que era necesario e imprescindible”, asegura. Antes ya habían llevado a cabo un plan de reestructuración del sector público para ahorrar 115 millones, encabezado por el entonces director de la Oficina de Control Presupuestario, Joaquín García.


Otra cifra preocupante es la evolución del ratio de deuda sobre el PIB, que ha llegado al 27% en el primer trimestre de 2014. A finales de año tiene que ser como máximo del 26% y el Govern prevé que aumenten sus ingresos para poder mantener el gasto social actual y a la vez cumplir el objetivo de déficit. Según las previsiones del BBVA Research, la deuda sobre el PIB se podrá reducir, ya que se espera que la actividad en Balears aumente un 1,2% este año y un 1,6% en 2015, con sesgos al alza.


Aguiló fue destituido y ocupó su lugar José Vicente Marí Bosó, que remarca la necesidad de cumplir el presupuesto de este año “sí o sí”. “Para ello, hay que estar pendientes tanto de los ingresos como de los gastos, que es muy complicado”, afirma. El objetivo es que la liquidación del presupuesto sea “lo más parecida posible al presupuesto inicial aprobado”, lo que ha ocurrido en 2012 y 2013 pero no anteriormente.


“Estamos saliendo de la crisis con un proceso de consolidación fiscal que por resultados se ha demostrado correcto: hemos reducido los gastos y reactivado la economía”, explica Marí, que argumenta que durante esta legislatura han convertido deuda comercial en financiera, que es lo que explica el incremento del endeudamiento de los dos últimos años.


El actual conseller d’Hisenda i Pressupostos confía en mantener el déficit público dentro del parámetro del 1% fijado por Madrid para este año y seguir reduciéndolo tres años hasta alcanzar la estabilidad presupuestaria en 2017 (déficit cero), como está previsto. Asimismo, la deuda sobre el PIB también tiene que disminuir progresivamente hasta quedarse en el 24,7% en 2017. De ahí a pagar la deuda existente que ascendía a 6.585,62 millones de euros (1,096 billones de las antiguas pesetas) a finales de 2013 (una cuarta parte de toda la economía de Balears), pasarán décadas.