Imagen del taller de Mestral en el que se trata la ropa recogida en los cincuenta y ocho contenedores que Cáritas tiene en Menorca.

Hace 30 años que Cáritas Menorca tuvo la iniciativa de sentar las bases de lo que hoy en día se conoce como el proyecto Mestral. Lo hizo unos cuantos meses antes de que Menorca recibiera su proclamación como Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Una efeméride que permite establecer un paralelismo simbólico por el hecho de estar delante de una iniciativa pionera que ha sabido convertirse en un ejemplo de sostenibilidad y de cuidado del territorio y de las personas.

Tres décadas después, Mestral Menorca se erige todavía como la única empresa de la isla dedicada a la inserción laboral, con más de 50 trabajadores en plantilla, de los cuales más de la mitad se encuentran en situación de riesgo o exclusión social. Mediante una serie de proyectos que son ejemplo de economía social y medioambiental, suponen una ayuda fundamental para todas aquellas personas de la sociedad menorquina que necesitan segundas oportunidades en la vida. En 2022 pudieron acompañar a 788 personas, 225 de las cuales se pudieron incorporar en el mercado laboral. Este mes de octubre acaban de estrenar un nuevo proyecto relacionado con la gastronomía y la alimentación.

GESTIÓN DE RESIDUOS. Fue Antonio Carreras, secretario general de la entidad en 1993, quien contribuyó desde Cáritas Menorca a levantar un proyecto pionero basado en la necesidad de hacer recogida selectiva en una época donde todavía no se llevaba a cabo en la Isla. Así, de este modo, surgieron distintas actividades de reutilización y reciclaje de residuos voluminosos, así como de enseres textiles con los que posteriormente se pudieron alumbrar distintos talleres prelaborales en los que personas en riesgo de exclusión social, podrían estar plenamente ocupadas tratando todos estos elementos recuperados, desde carpintería a electrodomésticos, pasando por la reparación de bicicletas o tratamiento de ropa.

En materia textil, por ejemplo, Mestral recogió el año pasado 292.276 quilos, de los cuales un 67,34 por ciento se pudo reutilizar y un 32,48 se recicló, después de haber pasado una primera selección para separar ropa, calzado y una segunda para ver lo que se encontraba en buen estado. Toda esta ropa se entregó a quien más la necesitaba o se comercializó a través de las cuatro tiendas que Cáritas Menorca tiene abiertas actualmente en la Isla. La ropa que finalmente no pudo venderse se trasladó hasta Barcelona y Valencia, cuyo destino fue la cooperativa Moda re, creada por Cáritas a nivel nacional, donde se lleva a cabo otra selección separando las materias primas y lo que permite producir nuevamente textil, a excepción de lo que no se puede recuperar y va a rechazo. Para nutrirse de toda esta ropa usada en este sistema de economía circular, Cáritas Menorca cuenta con una extensa red de 58 contenedores rojos repartidos por toda la Isla, donde se pueden depositar todas estas prendas. Si hablamos de electrodomésticos, en 2022 se recogieron 1.192.537 toneladas que fueron totalmente recicladas y en cuanto a residuos voluminosos se alcanzó la cifra de 182.939 kg, el 83,5% para su reutilización.

ARBRES D’ALGENDAR. Otra de las iniciativas destacadas de Mestral Menorca es un proyecto nacido en 1997 en Ciutadella, que después de un periodo inicial se trasladó a unos terrenos cedidos por el obispado de Menorca, en una zona conocida como el Barranc d’Algendar. Su principal objetivo fue tratar de recuperar variedades de árboles frutales autóctonos que estaban desapareciendo con la intención de conservarlos. Detrás de esta iniciativa lo que se perseguía también era poder convertir nuevamente todo aquel trabajo en un espacio de inserción sociolaboral de personas en riesgo de exclusión social para su formación mediante talleres de huerta y agricultura ecológica. Con el paso de los años también se ha consolidado como espacio de sensibilización y educación ambiental en el que poder recibir a centros escolares o colectivos interesados en el medio natural. En estos últimos años han trabajado también en la recuperación patrimonial del entorno en el que se encuentran con la puesta en marcha de los antiguos sistemas de riego tradicionales.

CA N’AGUEDET. Conscientes desde Cáritas Menorca que solo dando ayudas de emergencia no se podían resolver los problemas de fondo de las personas en dificultades y que su objetivo tenía que ser más ambicioso para que las personas más necesitadas pudiesen conseguir un trabajo y una vivienda digna como mejor estrategia que contribuye al desarrollo humano y social. Hace escasamente un año pusieron en marcha un Centro de Formación de Hostelería para parados de larga duración en las instalaciones de un emblemático restaurante de Es Mercadal, Can n’Aguedet, propiedad de la familia Mariano Vadell.

En colaboración con el SOIB y la Asociación de la Escuela de Adultos de Menorca se iniciaron unos cursos básicos de cocina por los que en 2022 han pasado 24 personas y que, con el inicio del nuevo curso, se van a complementar con una formación para sala. Este 2023 acaban de dar un nuevo paso abriendo su restaurante al público un día a la semana para que sus alumnos tengan la experiencia de unas prácticas reales. También han puesto en marcha varias líneas de trabajo para ofrecer servicios de catering, servicios de menús a colectividades como escuelas o residencias y el propio alquiler de las instalaciones para empresas o grupos privados.

Como ellos mismos explican, el proyecto de Can n’Aguedet no ha nacido para hacer la competencia a otros restaurantes, sino para ser un buen aliado del sector de la restauración y la hostelería, ya que como empresa de inserción su objetivo no es quedarse con las personas que ayudan a formar, sino ayudarlas a que puedan llegar al mercado laboral. También aspiran a ser un punto de referencia para evitar el desperdicio alimentario, abiertos a recibir donaciones en especies que puedan convertirse en menús o en recetas de buen gusto dando una segunda oportunidad. Los proyectos de Mestral Menorca están conectados entre sí, ya que el Centro de Formación y el restaurante se abastecen de las frutas que produce el Arbres d’Algendar.