Carme Bosch es una de agricultoras de la finca de s’Ullestrar. | Josep Bagur Gomila

Carme Bosch, participante del programa Menorca Preservada, forma parte junto a su hermano Jordi de la segunda generación de agricultores de la finca familiar de s’Ullastrar. Una finca tradicional de producción lechera ubicada en Ciutadella con la que elaboran queso pero que también se dedica a la producción de horticultura con sus famosos cacahuetes que comercializan en mercados o bien directamente en la finca.

¿Cómo ha sido la experiencia de participar en el programa Menorca Preservada?
Para mí ha sido un auténtico descubrimiento porque a pesar de venir de una familia de campo de toda la vida, a nivel académico, no tenía ninguna formación específica más que la experiencia en casa, que no es poca.

¿Qué destacarías?
Que hay otras formas de manejar la tierra de las que hemos visto de nuestros padres o abuelos y nuevos enfoques como por ejemplo la agricultura regenerativa.

¿Qué es lo que más te ha gustado del curso?
La asistencia a los distintos cursos nos la hemos dividido con mi hermano Jordi. Yo he asistido principalmente a las de producción vegetal y animal. Me han gustado mucho las experiencias y casos prácticos que nos explicaron. Había técnicos agrónomos y agricultores ganaderos tanto locales como de otros puntos de España que hablaban en tu mismo lenguaje.

¿Lo recomendarías a otros agricultores?
Sin duda porque aporta una visión nueva. Para mí ha sido una formación muy completa, la verdad. Menorca tiene fincas que hacen cosas muy distintas y se han tratado todos los temas sin obviar ninguno.

¿Cómo crees que podréis aplicarlo a vuestra finca?
Como siempre pasa cuando sales de un curso, tienes mucha información en la cabeza y necesitas un tiempo para digerirlo todo. En este sentido, nos da mucha tranquilidad que hayamos sido escogidos como finca piloto y que podamos tener un seguimiento técnico para ver como aplicaremos sobre el terreno todo lo que hemos aprendido.

¿Por dónde vais a empezar?
Primero nos queremos centrar en el manejo del terreno y la manera de sacar a los animales a pastar. Cuando estemos cómodos en esta nueva manera, ya iremos introduciendo otros cambios. A largo plazo nos gustaría certificarnos también como ecológicos. ¡Un cambio!