Uno de los personajes más «duros» de la Junta militar en Grecia (1967-74), Demetrios Ioannidis, apodado también como el «dictador fantasma», falleció hoy a los 87 años de edad, en Atenas.

Según comunicó el ministerio griego de Justicia, Ioannidis murió esta madrugada en un hospital de la capital helena al que había sido trasladado ayer, por problemas respiratorios, desde la cárcel ateniense Korydallos, en la que cumplía condena de cadena perpetua.

Ioannidis fue unos de los arquitectos del golpe de Estado de los «coroneles», el 21 abril 1967, y durante los siete años de régimen de la junta dirigió a la brutal Policía Militar (ESA), responsable de torturas y muertes de presos políticos.

Tras la revuelta de los estudiantes de la Escuela Politécnica de Atenas, Ioannidis organizó un golpe por el cual derribó al dictador Giorgos Papadópulus y elevó al poder a su amigo Fedón Ghizikis, en el cargo de presidente.

Poco después, el régimen manejado por Ioannides, que resultó aún más duro que el precedente, se derrumbó tras fracasar en su intento de organizar un golpe de Estado en Chipre, para anexionar la isla a Grecia.

Turquía reaccionó, en julio de 1974, con una invasión de sus tropas, que hasta hoy ocupan la parte norte de Chipre y mantienen dividida a la isla.

Tras el derrumbe del régimen, los coroneles griegos considerados responsables de los abusos de su régimen fueron condenados a cadena perpetua.