El ministro de Finanzas, Pierre Moscovici, explica a la prensa las nuevas medidas. | JOHN SCHULTS

El Gobierno francés aprobó ayer unos «Presupuestos de combate», en palabras del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, quien dijo al país que el reto es poner coto a la deuda y reducir el déficit al 3 % del PIB en 2013.

Para ello, el Ejecutivo socialista rubricó incrementos de impuestos y recortes de gastos públicos que ya se califican de históricos, valorados en unos 30.000 millones, en un proyecto de ley que deberá pasar por el Parlamento.

El Gobierno ha insistido en que las medidas contenidas en el proyecto afectarán sobre todo a los franceses con más ingresos y a las grandes empresas, y que el esfuerzo fiscal que se exige a los ciudadanos afectará nada o casi nada a los que tienen menos ingresos.

Más parados

Todo ello con el trasfondo de un creciente índice de paro, que en el pasado mes de agosto superó los 3 millones de desempleados, y con las alarmantes consecuencias de la caída de la competitividad comparativa de la industria francesa en relación con la de otros países, como la vecina Alemania.

Los 30.000 millones de esfuerzo suplementario de ajuste se reparten en tercios de la manera siguiente: 10.000 millones en aumentos de contribuciones fiscales para los hogares, otros 10.000 millones en más impuestos para las empresas o reducción de las ventajas con las que contaban y 10.000 millones más procedentes del recorte del gasto público.

Unos 6.200 millones procederán del incremento de impuestos para los hogares con mayores ingresos; aquí se incluye la creación de un nuevo tramo impositivo del 45 % para las rentas superiores a 150.000 euros y el ya famoso del 75 % para quienes ganen más de un millón (unas dos mil personas en total).