Los padres del adolescente estadounidense Ethan Crumbley, acusado de matar a cuatro compañeros de su instituto, en Míchigan, este pasado martes, en un tiroteo que dejó al menos otros siete heridos, han sido detenidos esta pasada madrugada tras una breve fuga después de conocer la presentación de cargos en su contra por homicidio involuntario. «Ambos están bajo custodia y pronto estarán de camino a la cárcel del condado de Oakland», ha declarado el sheriff adjunto del condado de Oakland, Mike McCabe, al «Detroit Free Press». «Enhorabuena a la Policía de Detroit y todas las demás agencias han colaborado», ha añadido.

James y Jennifer Crumbley fueron declarados como fugitivos a última hora del viernes después de que no se presentaran a la lectura de los cargos. El Cuerpo de Alguaciles de Estados Unidos publicó inmediatamente una recompensa por la información que condujera a sus arrestos. La Fiscalía presentó los cargos contra los padres del joven tras argumentar que ignoraron mensajes amenazadores hallados en la habitación del joven. También le regalaron la pistola semiautomática con la que efectuó los disparos y desoyeron las advertencias de la escuela sobre el errático comportamiento de su hijo. Ethan Crumbley ha sido acusado este miércoles de varios cargos, entre ellos cuatro de asesinato en primer grado, uno de terrorismo, siete de asalto con intención de matar y doce de posesión de un arma de fuego para cometer un delito. Está acusado de las muertes de sus compañeros del centro, Justin Shilling, de 17 años; Hana St. Juliana, de 14; Madisyn Baldwin, de 17; y Tate Myre, de 16. Otras siete personas, entre ellas un profesor, resultaron gravemente heridas.