España ha colocado hoy 3.562 millones de euros en obligaciones a diez años, pero se ha visto obligada a subir su interés al 7,088 %, el más alto desde que en 1997 adjudicara una emisión de estas características al 7,26 %.

El interés marginal aplicado hoy representa una subida del 30 % respecto al 5,45 % de la anterior subasta de esta denominación, celebrada el pasado 20 de octubre.

El objetivo de la emisión, que oscilaba entre 3.000 y 4.000 millones de euros, se ha cubierto sin problemas, aunque el ratio de cobertura -proporción entre demanda e importe adjudicado- no ha sido tan elevado como en anteriores subastas y ha alcanzado 5.502 millones de euros.

El responsable de la mesa de deuda de Ahorro Corporación, Javier Ferrer, ha explicado que este fuerte repunte obedece al temor que existe en Europa a comprar deuda que no sea alemana, y el decepcionante ratio de cobertura supone que no hay interés por la deuda española.

Minutos después de la subasta, la prima de riesgo de España rozaba los 500 puntos básicos, su mayor nivel desde la creación del euro, con la rentabilidad del bono a diez años por encima del 6,7 %.

Sin embargo, no era el riesgo país de España el único que se desbocaba hoy, ya que las discrepancias entre Alemania y Francia sobre el papel que debe desempeñar el Banco Central Europeo (BCE) presionaban también al alza otros diferenciales.

Mientras el Gobierno francés es partidario de que el BCE adopte un papel similar al de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y se convierta en prestamista ilimitado de los Estados, Alemania prefiere limitar de momento su papel y forzar así la adopción de medidas de ajuste en países como Italia o España.

El sobrecoste que los inversores exigen por la compra de deuda soberana española repuntaba hasta 495,7 puntos básicos, debido a que el rendimiento del bono español a diez años se elevaba hasta el 6,73 %.

El diferencial entre el bono francés y el germano, por su parte, superaba por primera vez los 200 puntos básicos, al tiempo que la rentabilidad del bono galo subía al 3,8 %.

El rendimiento del bono alemán a diez años, por su parte, caía por debajo del 1,8 % (1,78 %).