La duda de los pediatras sobre si se debe quitar el móvil a los niños

El uso continuo de este dispositivo puede afectar a varios aspectos de salud del menor. | GemmaMM en Pixabay

R.I.Ibiza23/11/23 10:39
TW0

El uso frecuente de teléfonos móviles entre los niños cada vez es más frecuente. Los pediatras ya debaten sobre este tema y el grupo de trabajo de Salud Digital del Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha participado en un encuentro sobre si se les debería quitar o no el móvil a los pequeños. Apuntan que la tecnología digital afecta a varios aspectos de «salud física, mental, sexual y social». «En la infancia y en la adolescencia también afecta al neurodesarrollo y al aprendizaje», aseguran.

Por otra parte, afirman que no hay estudios científicos que confirmen todos estos aspectos por el momento ni que prohibir su uso sea beneficioso paran niños y adolescentes. «El peso que tiene la edad a la que se empieza a usar el dispositivo es relativo respecto a otros factores con mayor influencia», señala el grupo, como podría ser el uso que hacen los progenitores sobre estos dispositivos, la madurez de cada niño, el tipo de dispositivo que se usa o el acompañamiento que hacen los padres y madres a los niños mientras se usa el dispositivo.

Desde la AEP consideran que se debe desarrollar una normativa en la que se cumplan una serie de obligaciones en las aplicaciones para niños, como las recomendaciones de edad o que no se exceda el tiempo de uso aconsejado para esa edad. Además, creen que hay que instaurar una serie de medidas a la actual regulación de limitación de edad en el uso de redes sociales y que haya una limitación real al acceso de contenido adulto. «No todas las familias tienen la capacidad ni el nivel educativo para proteger en la misma medida a sus hijos, una situación que afecta en mayor medida a las de entornos más desfavorecidos», subrayan.

Como conclusión, los pediatras creen que proteger a los menores de edad de los riesgos de las pantallas es una acción «colectiva» y «consensuada» entre progenitores, centros escolares, empresas tecnológicas y instituciones encargadas de proteger a la infancia.