El Ayuntamiento de Vila se ha intentado defender del fiasco y del desastre de la Cursa Eivissa Patrimoni de la Humanitat. El consistorio, a través de Alfonso Molina, teniente de alcalde, pidió disculpas a las personas afectadas por la carrera que tuvo que suspenderse por fallos graves en la organización, pero no se ha profundizado más. Es muy preocupante que estos hechos bochornosos se produzcan en la segunda ciudad más importante de Balears, donde una carrera que tendría que servir para promocionar la isla se convierta en mofa y deje en cuestión la capacidad del ayuntamiento para organizar eventos deportivos.

Hay culpables. No puede el Ayuntamiento de Vila decir que a veces las cosas no salen como se querría. Tampoco sirve de nada que los tenientes de alcalde Alfonso Molina y Joan Ribas intenten blindar las responsabilidades del concejal de deportes, el polémico Agustín Perea. La organización del evento corresponde a su departamento y, por lo tanto, él es el responsable político del fiasco de la Cursa, del ridículo que ha hecho el Ayuntamiento de Vila con una carrera que, además, sirve para promocionar Eivissa Patrimoni de la Humanitat. Los colaboradores ya han dejado claro que ellos no participaron en la organización de la carrera, pero evidentemente faltó control de algunos puntos para evitar la confusión de los atletas.

Críticas. Si parece reprobable que un acontecimiento deportivo se tenga que suspender con el coste económico que ha supuesto, tan reprochable es que el Ayuntamiento de Vila use su cuenta en twitter para polemizar con aquellas personas que critican la gestión municipal con la Cursa. El Ayuntamiento de Vila debería saber que las cuentas de twitter institucionales están para informar, pero no para tener polémicas políticas con alguien que, libremente y ejerciendo su derecho ciudadano, pueda criticar una actuación que es más que reprobable. Además de no asumir responsabilidades lo que no se puede hacer es enfrentarse a todos aquellos que cuestionan un error grave del Ayuntamiento.