Este periódico publicaba ayer que los empresarios tienen graves problemas para encontrar personal debido a la escasez de pisos. El problema se agrava año tras año y no hay soluciones a corto o medio plazo. No solo es un problema inmobiliario. Se trata de un conflicto que va más allá del sector de la vivienda. Porque es muy preocupante que buenos profesionales no puedan venir a Ibiza a trabajar porque no tienen una vivienda que les permita vivir todo el año. A eso hay que sumar a todos aquellos trabajadores que, con casa en invierno, deben abandonarla a principio de temporada porque se alquila a turistas.

Sin medidas. De poco sirven las jornadas, los debates y los análisis si al final todo sigue igual o peor que el pasado año. Hace unas semanas, en plena feria Fitur, el presidente de los hoteleros ibicencos, Juanjo Riera, ya advirtió del problema que tenían los empresarios para captar personal y cubrir sus plantillas. No encuentran casas para ellos y las que están disponibles se alquilan a precios desorbitados, que no resulta rentable ni para el propio trabajador ni para los empresarios. Muchos empleados del sector turístico deberían destinar el cien por cien de su sueldo para poder pagar el alquiler. Y a muchos ni siquiera les bastaría. Ya incluso cuesta mucho encontrar una habitación para todo el año.

¿Qué soluciones hay?. El gran drama que vive Ibiza, y también Formentera, es que no hay una solución para resolver el problema. La ley de pisos turísticos, que hipotéticamente debería solucionar la situación, no parece que sea el instrumento más útil para devolver la normalidad. Es decir, que haya una buena oferta turística pero también una oferta residencial, que permita a trabajadores poder venir a la isla y aportar sus conocimientos a los distintos sectores. Sin inspectores suficientes para controlar los pisos turísticos, sin viviendas para alquiler todo el año, y sin un instrumento para acabar con esta situación, el panorama es extremadamente preocupante. Por desgracia, cada año peor que el anterior.