El Consell d’Eivissa tiene perfectamente identificado el problema. Sabe perfectamente que la percepción de los usuarios habituales del transporte público en la isla es deficiente, y es aún peor en invierno, cuando se reducen las frecuencias. Es por ello que el departamento que preside la consellera insular Pepa Marí se juega mucho para mejorar la situación en este tramo final de legislatura. Porque por más que la institución insular expida tarjetas gratis total a jubilados, pensionistas y ahora también menores, yendo incluso a los centros escolares a hacerse la foto, si el servicio es «vergonzoso», como lo califican muchos viajeros habituales, no se avanza nada más que en dar gratis un mal servicio.

Como la ITV.
De alguna forma, los partidos que conforman el equipo de gobierno del Consell d’Eivissa, parecen entregarse a la teoría de trabajar para abaratar al máximo algunos servicios públicos, pero no en mejorarlos convenientemente, aunque eso suponga cobrarlos al precio que merece su sostenimiento. Asi sucede con la inspección técnica de vehículos (ITV), que es otro de los talones de Aquiles del Consell que parece imposible mejorar, pero del que los responsables políticos sacan pecho por lo barato que es, mucho más que en Formentera, Mallorca y Menorca.

Más dinero.
Es por ello que a estas alturas cabe temer que el incremento en la partida presupuestaria destinada al transporte público, que para este año supone un 41,7% más que el año anterior, solo sirva para eso, para aumentar l alista de usuarios que no lo pagan, pero no para mejorarlo. Pero para hacer del transporte público una auténtica alternativa al vehículo particular, es preciso mejores vehículos, adaptados, cómodos y menos contaminantes. También debe haber más líneas y frecuencias. Optimizar la información al usuario, algo que ahora casi brilla por su ausencia, así como la mejora de las paradas. Todo esto lo sabe perfectamente el departamento de Movilidad, como reconoce su coordinador, Gianandrea di Terlizzi. Pero se acerca el final de la legislatura y el tiempo se acaba para hacer del transporte público el servicio que los ibicencos merecen.