El incremento en la cifra de abortos realizados en Balears, un 5,6 por ciento en el ejercicio de 2017 –las última facilitada por el Servei d’Epidemiologia de la Conselleria de Salut–, pone demanifiesto la necesidad de incrementar las educación sexual, y no sólo en los centros escolares.

El problema se extiende a otros segmentos de la población sobre los que, quizá, es preciso enfocar campañas de divulgación que eviten los embarazos no deseados. Con todo, en el análisis de los datos estadísticos también es necesario ponderar la incidencia de factores que pueden distorsionar el balance final de abortos en nuestra Comunitat.

En la sanidad pública

Uno de los aspectos más novedosos de los datos facilitados por la Conselleria de Salut hace referencia, precisamente, al hecho de que, por primera vez, la sanidad pública ha liderado la práctica de las Interrupciones Voluntarias de Embarzo (IVE) frente a la sanidad privada con un 57 por ciento de las intervenciones.

Todo indica que los profesionales del IB-Salut han asumido la necesidad de atender una demanda de atención médica que antes era desviada fuera de los canales públicos, una normalización que ha tardado demasiados años en producirse. El marco legal que ampara a las mujeres en las IVE debe respetarse, y muy especialmente en el ámbito de la sanidad pública.

La estructura social de Balears

Profundizar en la estadística del Servei d’Epidemiologia revela algunos aspectos sobre los que los responsables de la Conselleria deben trabajar para reducir las IVE en Balears, como lo demuestra el elevado porcentaje de mujeres que admiten no utilizar ningún método anticonceptivo o sus edades.

La información y la divulgación son, por el momento, las herramientas más eficaces para reducir la tasa de abortos, que ha registrado un preocupante repunte en las Islas. En esta línea hace falta un compromiso serio por parte del conjunto del Govern.