La última entrega de la encuesta electoral realizada por Metroscopia consolida el avance del PSOE, que junto con Podemos y las fuerzas soberanistas podrían revalidar la mayoría con la que llegó al Gobierno en junio del pasado año. La fragmentación de la derecha, con la irrupción de Vox, debilita sus opciones como alternativa a poco más de cinco semanas de las elecciones generales del 28 de abril. La evolución del voto que detecta el sondeo plantea dos cuestiones determinantes: la caída del PP y el estancamiento de Vox. Sin embargo, el reparto numérico de escaños abre la puerta –negada por el líder de Ciudadanos, Albert Rivera– a un acuerdo entre el PSOE y la formación naranja y marginar a los grupos independentistas catalanes.

Vox se estabiliza.
Uno de los aspectos más novedosos del trabajo demoscópico de Metroscopia es, sin duda, la constatación de que la opción de Vox estabiliza su intención de voto entre el electorado. Las fases de continuo crecimiento tuvieron su punto álgido a finales del pasado mes de enero; ahora se detecta una caída suave que abre incógnitas sobre la evolución a medida que se aproxime la fecha de las elecciones. Otro tanto ocurre con Podemos. El regreso de su líder, Pablo Iglesias, no ha logrado cambiar la tendencia a la baja y la proyección de Metroscopia reduce casi a la mitad su actual representación en el Congreso de los Diputados.

La abstención, la clave.
Metroscopia detecta una desmovilización creciente del electorado que con una participación estimada del 67 por ciento sería la más baja de las trece últimas citas electorales. Las encuestas confirman el protagonismo del PSOE tras los comicios del 28-A, aunque el desenlace sigue abierto en la medida en que los socios pueden estar entre la izquierda radical y el independentismo. O por el contrario –la opción preferida del electorado socialista–, con el centro derecha de Ciudadanos.