El Área de Salud de Ibiza y Formentera detectó ayer 38 nuevos casos de coronavirus leves o asintomáticos, lo que constituye una cifra récord que no había sido superada ni siquiera durante las semanas del estado de alarma. La situación en Can Misses no presentaba ningún cambio y no se han registrado altas en las últimas horas. En total hay ocho hospitalizados en estos momentos y en total hay 122 pacientes activos en las Pitusas. La situación empieza a ser preocupante y lo peor es que no se percibe que las autoridades autonómicas, responsables en las actuales circunstancias de gestionar la crisis sanitaria, sepan muy bien qué medidas adoptar.

Difícil gestión.
Es evidente que la pandemia que estamos viviendo resulta difícil de gestionar porque se trata de una enfermedad desconocida y, además, no hay vacuna para prevenirla. Sin embargo, existe demasiada improvisación por parte de las autoridades sanitarias. El único aspecto positivo es que los casos que se detectan no son graves como los registrados durante los meses de marzo o abril, pero no por ello hay que dejar de preocuparse. Porque evidentemente lo importante es controlar la enfermedad, adoptar las medidas sociales que permitan evitar los contagios, y, sobre todo, que se rebaje el número infectados porque los altos indices que se registran en los últimos días están provocando problemas graves en la economía. De hecho, Alemania ya ha recomendado a sus ciudadanos que no visiten Baleares, lo que supone otro duro palo más para el turismo pitiuso.

Pendientes de las vacunas.
En las actuales circunstancias solo queda tomar decisiones contundentes socialmente para frenar los contagios porque es evidente que hay muchos ciudadanos que no son conscientes de la grave situación que estamos viviendo. O asumimos que debemos respetar todas las normas para evitar nuevos contagios o estamos muy cerca de un nuevo estado de alarma. Y eso sería un golpe difícil de superar.