La decisión de Sanidad de vacunar a los trabajadores esenciales menores de 60 años que recibieron la primera dosis de AstraZeneca con una segunda de Pfizer está generando una fuerte controversia entre la comunidad científica cuyo desconcierto se ve incrementado al permitir, con el aval del Comité de Bioética, que el propio usuario decida entre una o la otra. La decisión se ha basado en un estudio sobre los efectos de inocular la segunda dosis de Pfizer a los que recibieron la de AstraZeneca sobre únicamente 400 personas, cifra que contrasta con los millones de personas de esa franja de edad que han recibido las dos dosis de AstraZeneca en todo el mundo.

Desconcierto.
Las críticas de la comunidad científica y la forma en la que se ha gestionado este asunto, con constantes cambios de criterio y con un retraso en la inoculación de la segunda dosis, desconciertan a los ciudadanos. No en vano, comprueban que la seguridad de las vacunas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento parece no ser tal y las autoridades sanitarias deciden por una fórmula que levanta suspicacias. Por si fuera poco, la Junta de Andalucía anunció ayer que no aplicará el acuerdo de Sanidad y vacunará con AstraZeneca a los trabajadores esenciales menores de 60 años que están pendientes de la segunda dosis. Madrid, Galicia, Cataluña, Murcia, Asturias y Valencia también se oponen a la decisión salomónica del Comité Interterritorial de Salud. En definitiva, estamos ante un dislate que no hace más que dar nuevos argumentos al porcentaje de población antivacuna.

Inexplicable falta de debate.
De forma paralela a este debate, es inexplicable que las autoridades sanitarias no se estén tomando muy en serio el estudio de la Universidad de Birmingham que ha concluido que la inmunidad aumenta si se retrasa a 12 semanas en lugar de tres la inyección de la segunda dosis de Pzifer. Baleares debería liderar esta opción, ya que todas las dosis que no se inyectaran a las tres semanas de la primera serían inyectadas en personas que verían adelantada su vacunación y, por lo tanto, disfrutarían de un inmunidad mayor que sin ella.