Un PSOE cada vez más radical se ha asentado en el Ayuntamiento de Ibiza y, desde la atalaya de Can Botino, se niega a aceptar cualquier visión de la ciudad que no sea la suya propia. De poco valen las imágenes de la suciedad, de las colas en las paradas de taxi, de la invasión de cucarachas o del desastre de las obras de Isidor Macabich ante un Gobierno municipal que, sostenido por Unidas Podemos, reacciona de forma poco democrática ante quienes, como este rotativo, intentan demostrar que la estrategia es totalmente errónea. La situación ha empeorado desde que ‘Agustinet’ lleva las riendas del partido en Ibiza.

No se aceptan las críticas

La respuesta del socialismo ibicenco es desmesurada a la hora de afrontar la crítica. No solo no se aceptan las críticas sino que se atacan a todas las entidades o medios de comunicación que la ejercen libremente. La ciudad es un desastre y los pocos medios de comunicación que nos atrevemos a denunciarlo somos víctimas de una persecución y un acoso que no pueden calificarse de democráticos. A esta presión no escapa ni siquiera Televisió d’Eivissa y Formentera, un medio privado que lleva casi 25 años siendo el único que defiende a capa y espada la lengua y la cultura propias de esta isla sin apenas apoyos institucionales. El dinero público, en manos del PSOE, se va a actividades como el concierto organizado por la Cadena Ser hace unos meses con una ayuda de 1 millón de euros (600.000 procedentes de la ecotasa) y cuya utilidad para los ibicencos ha sido cero. Tampoco se difunde el dinero a raudales que reciben otros medios afines por parte del Govern de Armengol.

Una deriva preocupante

El PSOE ha sido un partido fundamental para la democracia en España. Pero la deriva en la que ha entrado en lugares como la capital ibicenca va más allá de lo preocupante. El vilero de a pie no entiende qué modelo de ciudad tienen los socialistas. Y hasta los hoteleros, que suelen huir de la polémica, han salido a denunciar en público lo que ya todos conocemos. Ibiza no se merece este socialismo. El PSOE merece otros dirigentes en Ibiza.