Telma Ortiz, hermana de la princesa de Asturias, ha presentado una demanda para la adopción de medidas cautelares contra 57 medios de comunicación para defenderse, según su abogado, del «insoportable acoso» del que es objeto por parte de los periodistas especializados en temática rosa para diferentes programas de televisión y revistas de este género.

La vista, que se ha desarrollado en Toledo, está pendiente de la sentencia, aunque con independencia del fallo ha abierto un amplio debate sobre los límites de la información y el derecho que asiste a una persona a negarse a aparecer de manera sistemática en los medios de comunicación protagonizando informaciones de carácter personal y, también podría añadirse, irrelevante.

El fiscal ha rechazado la petición de Telma Ortiz por considerar que las medidas cautelares no tenían sentido ante unas imágenes ya difundidas, mientras que los abogados de los medios apelan al hecho de que aceptando la solicitud de la hermana de la Princesa se reimplantaría en España la censura previa.

Existen precedentes judiciales respecto a la protección de ciudadanos -más o menos famosos como Cayetano Martínez de Irujo- que son víctimas de un concepto erróneo de la información que se denomina basura, el cual alimenta programas de televisión con pocos escrúpulos. Respecto a Telma Ortiz es indiscutible el derecho que le asiste a preservar su intimidad y a no ser acosada constantemente por pararazzis. Pero dado su parentesco con la princesa de Asturias, con los privilegios que ello reprersenta, debe asumir que pueda ser sujeto de hechos noticiables. La cuestión es que se entiende por noticia. Lamentablemente, algunos medios basan buena parte de sus contenidos en la persecución de famosos. Indudablemente hay que rechazar cualquier censura previa pero también sería adecuado que algunas cadenas de televisión reflexionasen sobre los contenidos de algunos programas. La Justicia tiene la palabra.