Una configuración inadecuada para el despegue, la comprobación errónea de los pilotos y la falta de funcionamiento del sistema de alerta influyeron en el accidente del avión de la compañía Spanair hace un año en el que murieron 154 personas, según el informe realizado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil. A pocos días de que se cumpla el aniversario del accidente de Barajas, dicho informe sostiene la teoría de que en la maniobra de despegue de la aeronave se realizó con los 'slats' y 'flaps' replegados y, por lo tanto, se efectuó una «configuración inapropiada» en el inicio del vuelo. La comisión señala que la comprobación del sistema previa al vuelo podría haber detectado el fallo, o, al menos, habría aumentado las posibilidades de detectarlo, e indica que los procedimientos de Spanair no estipulaban que la comprobación del sistema debía hacerse siempre antes de cada vuelo.

La principal conclusión del informe es que admite que, como en todos los accidentes, no hay sólo un error sino una confluencia de circunstancias. El SEPLA, el principal sindicato de los pilotos españoles, recordaba ayer mismo que hace 20 años el NTSB, autoridad que investiga los accidentes en Estados Unidos, dio unas recomendaciones para que se cambiara el sistema de avisos a los pilotos. Pero lamentablemente se vuelve a repetir el mismo fallo. Buscar culpables del accidente de Barajas no conduciría a nada, pero sí convendría escuchar la voz autorizada de los pilotos. El sistema de avisos de averías debe ser mucho más estricto y no sólo recomendaciones. Tiene que ser obligatorio. Sólo así se evitarán accidentes aéreos. El avión es un medio de transporte seguro, pero todavía faltan más garantías para evitar accidentes como el de hace un año.