Nadie puede negar que el curso 2013-2014 ha sido el más conflictivo de la historia de nuestras islas. Este hecho tiene como único responsable un Govern Balear que ha perseguido tiranicamente a los docentes, a los padres y a los más afectados: los alumnos. Esta línea de actuaciones responde a una obsesión enfermiza de José Ramón Bauzá contra la lengua propia de nuestras islas: el catalán. Aunque no quiera verlo, la historia nos dice que en 1229 en Mallorca y en 1235 en Ibiza las tropas de la Corona Catalano-Aragonesa repoblaron las islas introduciendo una nueva lengua y una nueva cultura que poco tiempo después se han convertido en propias de nuestras islas. Así pues, no es comprensible que se persiga a la lengua de la manera en que lo está haciendo el ejecutivo balear. Todo empezó con la modificación de la "Ley de Función Pública" donde el catalán pasaba de ser un requisito a un simple mérito rompiendo con un pacto trascendental de todas las fuerzas políticas madres de l’Estatut d’Autonomia.

Pero esto solo sería la antesala de una persecución que trascendería en una huelga durísima de docentes de casi tres semanas. La gota que colmó el vaso fue el TIL que preconizaba un falso trilingüismo sin ningún criterio pedagógico, ni planificación, ni consenso ni tiempo para la formación de los docentes. Está claro que todos los padres deseamos que nuestros hijos sean trilingües, pero lo más coherente es que se dote a los profesores de tiempo y medios para que sean competentes en inglés y puedan ofrecer una enseñanza de calidad a nuestros hijos en vez de improvisar un decreto que solo atiende a la obsesión del presidente por rechazar la lengua y la cultura que muchos han luchado por proteger. Toda esta efervescencia de protestas se agrava cuando un gobierno democrático decide dejar de consensuar y negociar con la comunidad educativa, quienes son los verdaderos conocedores del modelo que más conviene a nuestros hijos. Es por eso que tal vez sería conveniente que el President hiciera caso al Colegio Oficial de Psicólogos de Baleares cuando manifestaron que el TIL no tenía criterio pedagógico alguno. No contentos con esta situación de crispación social, Bauzá nombra a una Consellera de Educación sin ninguna experiencia ni vínculo con el campo educativo dejándonos perlas como el informe "Trepitja" en referencia el informe PISA o que obliga a los Consejos Escolares de los centros educativos a aprobar el TIL por imperativo legal sin importarle el criterio del mismo consejo.

En resumen, los docentes y padres hemos vivido un calvario viendo que los realmente afectados (nuestros hijos) se han visto obligados a apretar las tuercas después de 3 semanas sin clase. Hay quien se atreve a decir que fueron "3 semanas perdidas", pero en mi opinión, no fueron perdidas ya que se dio una lección de lucha por una educación pública y de calidad. Es muy triste que el Círculo Balear tenga más peso en las decisiones del Govern que la propia comunidad educativa y eso es demostrativo de la voluntad de consenso que tiene este gobierno.