Lástima que los promotores cinematográficos que buscan nuevos talentos no dediquen unos minutos a este pequeño artículo. Sería una magnífica oportunidad para que descubrieran que Eivissa es un pequeño lugar en el mundo donde conviven jóvenes directores de cortometrajes con muchísimo talento en busca de una oportunidad.

El último en saltar a la palestra ha sido Marco Torres Walker. Poco dado a elogios, este prolífico creador, de padre ibicenco y madre inglesa, que tan pronto hace una magnífica foto como diseña una página web, ha dirigido y escrito Réflex, una cinta de misterio rodada íntegramente en Eivissa y que ya es una de las grandes sorpresas del festival online Jameson Notodofilmfest.

No es el único. Su nombre se añade a una lista de ‘hijos adoptivos’ del genial director afincado desde hace muchos años en la isla Antonio Isasi-Isasmendi. Cada uno con sus peculiaridades y estilos, y corriendo el riesgo de dejarme a alguien, de una tirada me vienen a la memoria Héctor Escandell, el más prolífico de todos y que con 37 años recién cumplidos ha dirigido casi una decena de cortos, entre ellos Los crímenes del Día de Todos los Santos, Vecinas o Dr. Sí; Adrián Cardona, el inventor del gore pitiuso, y que junto a David Muñoz, ha revolucionado Youtube con más de dos millones de visitas y más de 75 premios con su Fist of Jesus; el cantante, escritor, director y actor Chris Martos, que para El código ha contado con la modelo y ex Miss España Patricia Yurena como protagonista; o Antonio Villalonga, que está cerca de terminar junto a Juan Marí Susierra y Julio Arche, La Matrioska, un sorprendente corto basado en una historia de Eva Tur Antonio. Y eso sin olvidar al director y médico José Ignacio Ricarte, que sin un duro (literal) ha rodado IB-Z, una película de algo más de una hora y media sobre un apocalípsis zombie en la isla.

Y ahora. En serio. Promotores en busca de talentos. No busquen más. En Eivissa está la solución.