El prólogo del Evangelio de San Lucas expone en un excelente lenguaje literario la intención que le ha movido a escribir su obra. El evangelista deja entrever cómo el mensaje de Salvación de Jesucristo, el Evangelio, fue predicado antes de ponerse por escrito. Dedica su Evangelio al “Teófilo” esto es, a aquel a quien Dios ama.

En el capítulo 4º del Evangelio de San Lucas leemos que Jesús llegó a Nazaret, donde se había criado, y entró en la sinagoga el sábado. El sábado era el día del descanso y de oración para los judíos. Para nosotros, los cristianos, el día de descanso y oración es el domingo, el día del Señor, porque celebramos la resurrección de Cristo.

Jesús en la sinagoga, leyó el pasaje de Isaías 61, 1-2, en donde el profeta anuncia la llegada del Señor. Las palabras de Isaías, que leyó Jesús en esta ocasión, describen la finalidad para la que Dios envió a su Hijo: la redención del pecado y de la muerte eterna. Las promesas anunciadas en el libro del profeta Isaías eran las siguientes: El Espiritu del Señor está sobre mí por lo cual me ha ungido para evangelizar a los pobres. Según la tradición del A.T. y la predicación de Jesús, por “ pobres” se ha de entender, no tanto una determinada condición social sino más bien la actitud religiosa de humildad ante Dios de los que, en vez de confiar en sus propios bienes y méritos, confían en la bondad y misericordia divinas. Cristo vino a librarnos de la esclavitud del demonio y del pecado. No obstante, Jesús manifiesta su preocupación por los más necesitados. Los ciegos ven, los sordos oyen, los cojos andan, los pobres son evangelizados. La Iglesia también abraza con su amor a todos los afligidos por la debilidad humana. Por voluntad expresa del Papa Francisco este año es el año de la Misericordia.

En los pobres y en los que sufren, la Iglesia, el Pueblo de Dios, reconoce la imagen de su Fundador- pobre y paciente, clemente y misericordioso, y se esfuerza en remediar sus necesidades, y procura servir en ellos a Cristo. ¡ Dichosos los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia!