Es digna de admiración la tendencia de algunos gobernantes de anunciar a bombo y platillo en rueda de prensa un determinado “acuerdo” y posteriormente reunirse con los sectores implicados para recabar su parecer. Detectada la querencia a conducirse de este modo, es inevitable concluir que por más que algunos insistan en pronunciar muchas veces la palabra “participación” y “transparencia”, lo importante no es lo que se dice sino lo que se hace. No tiene mucho sentido vender un acuerdo como algo que soluciona los problemas de forma definitiva y sin embargo ese acuerdo no ha sido consensuado con los afectados. Cuando el 4 de marzo los presidentes de los dos Consells Insulars, Jaume Ferrer y Vicent Torres, junto al alcalde de Vila, Rafa Ruiz y el presidente de la Autoridad Portuaria, Joan Gual de Torrella, tras convocar una rueda de prensa relámpago en Can Botino, anunciaron que habían llegado a un acuerdo para que los ferris de Formentera pudieran desembarcar pasajeros en un “apeadero” en Es Martell, les faltó preguntarles a los afectados, esencialmente navieras y pasajeros, si estaban conformes con ese acuerdo. Quizás lo hicieron porque saben que hay cosas que es mejor no preguntar.
Algo muy parecido ha sucedido con el acuerdo entre el Consell d’Eivissa y el Ajuntament de Vila para poner en marcha la estación de autobuses Cetis. Comparecieron Torres y Ruiz acompañados de la consellera Pepa Marí y el teniente de alcalde Alfonso Molina y señalaron que se reabrirá la estación antes del verano, que se subirá el precio del billete 7 céntimos por viajero y hasta 3,60 euros por operación de autobús. Y todo eso sin habérselo comentado antes a las empresas concesionarias de las líneas de transporte regular. Estos dos ejemplos demuestran lo que a algunos les importa la opinión de la gente directamente afectada por sus decisiones. Igual convendría que antes de anunciar sus acuerdos, los comentaran con los concernidos.