Un año más, al acercarse la fiesta de San Cristóbal, patrono de los conductores, y al inicio de las vacaciones de verano para mucha gente, con el incremento del tráfico en las carreteras y caminos, calles y avenidas de nuestras Islas de Ibiza y Formentera, es una buena ocasión para agradecer y felicitar a todas las personas: camioneros, transportistas, taxistas, conductores de autobuses, de autocares, de ambulancias, bomberos, Guardia Civil, policía de tráfico, a las personas que cada día pasáis buena parte de vuestro tiempo al volante por razones de trabajo, necesidad o porque os vais de vacaciones. Asimismo a los motoristas, ciclistas y peatones que, de una u otra manera, hacéis uso correcto de las vías públicas. Y la gratitud y la felicitación es a aquellos que cumplen las normas legales en vigor, normas que buscan el bien de todos y cuyo cumplimiento da seguridad y cuyo incumplimiento provoca peligros y daños.

Y mientras hay admiración y felicitación a esas personas que son una inmensa mayoría, una llamada a los demás a que las cumplan y no pongan peligros o causen daño a los demás. ¡Que hermosas, buenas y eficaces son nuestras Islas de Ibiza y Formentera si en ellas no hay peligro por las calles y carreteras!

«Bienaventurados los misericordiosos» es el lema que este año la Conferencia Episcopal Española ha propuesto para este Día de la Responsabilidad en el Tráfico, palabras que están tomadas del Sermón de la Montaña (Cf. Mt 5, 1,-12). Estamos en pleno Año Jubilar de la Misericordia. «Misericordia –nos dice el papa Francisco en su Bula de Apertura del Año Jubilar, Misericordiae Vultus (MV)- es el acto último y supremo con el que Dios viene a nuestro encuentro» (MV, n. 2). Pero hemos de ser misericordiosos como Dios es misericordioso; y misericordioso con todas las personas y en todos los aspectos.

Esta Jornada, pues, de responsabilidad en el tráfico debe ayudarnos a ser misericordiosos también en este aspecto. Si no se tiene esa misericordia, si no se cumplen las normas que hay que cumplir, los resultados son malos. Por desgracia hay demasiados accidentes que son fruto de un egoísmo, de un querer hacer uno lo que quiere al margen de los demás, por ejemplo no respetando semáforos, no cumpliendo normas de aparcamiento, de límite de velocidad: sucede en ocasiones que uno cumple las normas y llega otro que no las cumple y eso le crea daño al que las cumple.

Por otro lado, hay que hacer que el ambiente del transporte sea un lugar de seguridad y felicidad para todos y no de ofensas ni acciones indignas. Por ello, junto con el cumplir las normas en vigor en la carretera o en la calle, en el coche o como peatones, no podemos perder los modales y ser jueces inmisericordes con todos los que se cruzan en nuestro camino y hacen -o dejan de hacer- una maniobra o adoptan una actitud inadecuada. Todos hemos sido testigos, o protagonistas, alguna vez, de insultos o discusiones entre conductores por motivos, que, con un poco de paciencia, comprensión y educación, habrían quedado en nada.

Acojamos, pues, estas indicaciones para la Jornada de responsabilidad en el tráfico, y que en consecuencia, las carreteras, las calles, los caminos de Ibiza y Formentera sean lugares de paz, de seguridad, de confianza, de unión entre todos y nunca donde se hacen actitudes que causan daño a los demás. Bueno será que los habitantes de nuestras Islas o los visitantes y turistas se lleven también esta buena impresión de estos lugares y al hablar de la situación, de las costumbres, de las actitudes que se viven aquí se pueda razonable y verdaderamente decir que el tráfico aquí, con la colaboración de todos: ciudadanos y policías, es bueno, normal, en ayuda de todos y sin fastidio de nadie.