En la reciente conferencia de presidentes que se celebró en Menorca, volvió a ponerse sobre la mesa una cuestión ciertamente polémica, la gestión de los recursos hídricos. Pocos días después tenia lugar la reunión de la primera Junta Insular del Agua en el Consell d’Eivissa, con la presencia en la misma del conseller de Medio Ambiente del Govern, Miquel Mir, quien se ha encargado de dejar muy claro que no habrá nuevas desaladoras en Eivissa, ni incremento del caudal de agua desalada en nuestra isla.

Ante este escenario, cabe recordar cual es la realidad de la isla en esta materia. Los recursos hídricos subterráneos sobre explotados y por tanto en una situación critica; la escasez de agua provocando numerosos problemas, entre los que cabe destacar el largo bloqueo de la aprobación definitiva del nuevo PGOU de Vila, con los graves problemas que ello plantea. Y no podemos olvidar que durante los meses de la temporada turística nuestra población se multiplica y las necesidades de agua también.

Todo ello resulta rocambolesco, si tenemos en cuenta que partimos de una premisa que por mucho que desde Palma se quiera defender, es totalmente absurda; nuestra Comunidad Autónoma son cuatro islas, sin embargo hasta ahora partimos de una única cuenca hídrica. La gestión del agua, se gestiona de forma centralizada desde Palma, siendo allí donde se vienen tomando las decisiones en la materia que nos ocupa. En la capital balear es donde se deciden las nuevas infraestructuras en cada isla, el mantenimiento de las existentes y las inversiones que se deban realizar, ya que es el gobierno autonómico quien recauda todo lo que se viene pagando por diferentes conceptos, entre ellos el canon del agua.

La situación en cada isla es muy particular y requiere de una atención que también ha de ser particular, si bien lo que esta ocurriendo es radicalmente lo contrario. Hace muchos años que se viene hablando de la necesidad de que la gestión integral del agua se realice desde cada una de las islas. En Eivissa, los partidos que han estado al frente de la administración insular, de diferentes colores políticos, sin excepción han manifestado la voluntad de reclamar el traspaso de las competencias hídricas al Consell Insular; pero a día de hoy se sigue a la espera del citado traspaso.

Lo cierto es que nunca ha habido ningún interés real de que esa posibilidad de la gestión insular del agua acabara siendo una realidad, por parte de ninguna administración; al menos hasta ahora ninguna ha apostado por ello decididamente, ni tan siquiera cuando en Palma y en Eivissa gobernaba el mismo partido. Por ello parece más complicado que se vaya a conseguir si los partidos son de distinto color.

El conseller del govern, no hace más que mantener la voluntad de Palma de que las competencias se queden como están, para mantener tanto la capacidad de gestión, como los ingresos que recibe por la misma. Mientras en Eivissa siguen sin funcionar a pleno rendimiento las desaladoras, las depuradoras son un autentico desastre y nadie parece estar interesado en la depuración terciaria, con los beneficios que ello reportaría.

Tampoco se ve imparcialidad en quien tiene las competencias en recursos hídricos, ya que no se aplica el mismo rasero a todos los ayuntamientos de la isla, mientras unos solo pueden hacer un mínimo uso del agua de los pozos, otros no tienen ninguna dificultad para extraer de los mismos lo que les de la gana; y eso dice muy poco a favor del ejecutivo autonómico.

Conclusión, de nuevo se habla del tema, pero no se ve ningún avance, más bien se oye el mismo y manido discurso de siempre; unos reclamando con muy poca contundencia y otros lanzando balones fuera, argumentando lo de siempre, lo complicado que resulta todo. Y en Eivisa mientras, con grandes problemas que siguen sin resolver, debido a una centralizada y nefasta gestión.