Que la pandemia COVID-19 lo ha cambiado todo es un hecho unánimemente aceptado. Que ya nada será como antes empieza a ser un lugar común. Sin embargo, que no hemos de actuar hasta ver cómo evoluciona o saber cómo acaba es, en mi opinión, un error.

Nadie tiene certezas y más en esta situación. No tienen certezas nuestros autónomos y pequeños empresarios hoy sin ingresos y con muchos de los gastos pero seguro –ya lo hacían antes- que lucharán cada día antes de bajar la persiana. Nadie ha asegurado nunca al agricultor su cosecha pero cada mañana se pone a cultivarla. Los profesionales de nuestro sistema de salud que encadenan contratos temporales viven en permanente incerteza pero acuden –como antes hicieron- a los centros de salud a dar lo mejor y más en esta situación. Y muchos ciudadanos tampoco tienen la certeza de poder pagar su alquiler el mes que viene.

Nunca nadie hizo nada esperando todas las certezas y nadie que haya gestionado una administración pública nunca ha tenido todas las certezas. Gobernar es actuar asumiendo un riesgo como asumen riesgos todos los actores de nuestra actividad económica.

Nuestro Ayuntamiento, en cambio, está en mejor situación que sus administrados. Tiene al menos dos certezas: la certeza de tener 30 millones de euros en el banco y la certeza de incurrir cada año, durante los últimos años, en superávits (más ingresos que gastos) de alrededor de 14 millones de euros. Todo ello gracias en gran parte a la denostada regla de gasto pero también, no sería honesto negarlo, al esfuerzo de nuestros servicios económicos y de los equipos de gobierno pasados y presentes.

Por ello no tendría sentido haber pedido un esfuerzo a los ciudadanos durante años, haber ahorrado en tiempos de bonanza y no aplicar ahora los ahorros para ayudar ante una situación de extraordinaria gravedad. Este es el fundamento de la regla de gasto: ahorrar en tiempo de bonanza para poder desplegar políticas públicas de protección en momentos de grave crisis. Y si ahora mantenemos una actitud cicatera o alegamos que este no es el momento aún, ya me dirán cuándo.

Podemos actuar. Es urgente actuar en evitación de un mayor daño, en evitación de mayor pérdida de empleos, en evitación –en fin- de cierres y quiebras que tengan un impacto estructural y retrasen la recuperación.

Con la convicción de que es urgente actuar y podemos actuar, el Partido Popular Ciutat de Eivissa ha presentado un plan socio-económico para la reactivación “Vila Envadant”, dirigido a la protección de rentas y a la protección de los empleos con la certeza de que desplegando políticas de protección y reactivación ahora ayudamos a nuestra actividad económica a llegar al año que viene en que la situación será mejor. Si esperamos, muchos más habrán caído. Si queremos más certezas de las que ya tenemos, para muchos de nuestros conciudadanos ya no hará falta que actuemos.

Es necesario rebajar los costes de actividad ante los ingresos cero de estos meses para dejar a salvo los costes salariales de autónomos y pymes, por ello proponemos rebajas del 50 % en el IBI, la tasa de basuras, la de ocupación de la vía pública, todas ellas de las actividades, a todos aquellos que se han visto privados de ingresos y también en la tasa de mercados. Proponemos que los fraccionamientos y aplazamientos de tributos, cosa que ya prevé la ley como un derecho de los ciudadanos, sean sin intereses al menos para importes por debajo de los 6.000 euros. Y al mismo tiempo que proponemos una rebaja de los costes fiscales, es preciso hacer política de gasto para cubrir dos cuotas mínimas de la seguridad social a autónomos y pymes, ayudar a pagar los alquileres de establecimientos comerciales y desplegar una línea de ayudas al alquiler de vivienda efectiva. Además debemos desplegar políticas de bienestar social atendiendo a los más vulnerables con las decisiones que el equipo de gobierno ya está adoptando y que respaldamos.

Vila es la ciudad más antigua de Baleares. En Vila se concentran el 47% de los empleos y altas a la Seguridad Social de toda la isla, el 37% de los autónomos y pymes y el 51% de todos los establecimientos comerciales. Vila es un gran motor de bienestar y progreso, hemos vivido situaciones graves en otros momentos de nuestra historia y sin embargo, aquí estamos, sin rendirnos y, a pesar de la tristeza de estos momentos, mirando al futuro con esperanza.

Nada es fácil, nada es seguro, pero el coste de la inacción es inmensamente mayor que el error en una décima. Hemos de acotar el riesgo, sí, pero hay que asumirlo y ser audaces. Ahora más que nunca, Vila Endavant.