Me levanto cada mañana y soy consciente de que soy un privilegiado. Arrastro algún achaque y alguna que otra picadura de mosquito, el ácido úrico que de vez en cuando se me rebela y tengo algo más de tripa que la que debería, pero estoy bien de salud y di negativo en la prueba del coronavirus. Tengo una pequeña casa, acogedora, con un pequeño jardín y decorada a mi gusto. Una madre a la que adoro porque más que madre es amiga y confidente, un terremoto por hijo de casi cuatro años que, de momento sólo me da alegrías, y trabajo de periodista, la profesión que más me gusta y me gustará siempre. Mi cuenta corriente, aunque no boyante, me da para comprar comida, llegar más o menos a fin de mes y si me apuras tener algún capricho. Y, además, vivo en Ibiza, un paraíso natural increíble ahora que no hay demasiado turismo, voy en bici a trabajar y tengo coche con seguro.
No podemos dejarles solos
08/05/20 4:01
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1 comentario
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... rezando a diestro y siniestro es una soberana memez, no sirve ni para frase hecha...