Fue mi maestro y amigo Climent Picornell quien en un exhaustivo artículo demostró que Dylan nunca estuvo en Formentera, ni su estancia fue meliflua ni de ningún tipo.

La formación de una postverdad o de un ruido histórico es precisamente lo que nos ocupa hoy. La rumorología dice que el repelente Dylan se alojó en un molino o en el faro de La Mola, en Formentera, el verano de 1967.

El hilo de Ariadna que termina en Formentera es el siguiente: en 1966 el cantante estadounidense tuvo un accidente de moto muy grave y estuvo los dos años siguientes recuperándose, mas parece que estaba escondido en Estados Unidos y no en Formentera: ¿pasó en la isla unas semanas por consejo del escritor Ginsberg?, ¿hizo un viaje tan largo, tras un accidente grave, para estar solo unos pocos días en Formentera?

Casualidades de la vida, Robert Lewis Baldon también tuvo un accidente de moto grave, casi a la par que el de Dylan, pero éste sí se instaló en Formentera donde fue formando en su casa una biblioteca internacional en 1967, el año supuesto en que Dylan llegó a la isla; casualidad es también que Dylan iba a la biblioteca de Baldon a buscar libros para inspirarse. Lo del accidente de moto del autor norteamericano está confirmado, pero hay biógrafos dylanianos que piensan que la gravedad del mismo se la inventó para retirarse de la palestra pública y poder componer cosas nuevas que no lo encasillaran.

No hay ninguna foto del actual Nobel de Literatura en Formentera ni ninguna prueba pericial, salvo las repetidas declaraciones del que luego sería catedrático y político del PP, y excelente persona a quien tuve la suerte de conocer, Pío Tur Mayans que estuvo jugando al ajedrez ¿con Dylan? en la Fonda Pepe de Formentera.

En realidad, Dylan en vez de estar en Formentera estuvo encerrado con un grupo de músicos (Charlie McCoy, Kenny Buttrey y Pete Drake) en varias casas de Woodstock (Nueva York) componiendo y grabando una ingente cantidad de material, gran parte del cual circuló después ilegalmente. Durante los últimos dos meses de 1967, se fue a Nashville para seguir trabajando en sus grabaciones.

El resultado de su eremitismo frenético fue su octavo álbum, que salió al mercado en diciembre de 1967, supuestamente cuatro meses después de estar en Formentera, el famosísimo disco John Wesley Harding con una temática en la que no se detecta nada de la isla pitiusa, aunque se ha dicho que está basado en libros que, supuestamente, le habría dejado Baldon.

Todas las biografías importantes sobre Dylan coinciden en que en 1967 (año en que supuestamente haraganeó en Formentera), Dylan se encerró a cal y canto en varias casas grabando discos con su banda o componiendo. Formentera no aparece, ni siquiera mencionada, en las siguientes biografías canónicas sobre Dylan: la de Andy Grill (Desde Bob Dylan hasta Nashville Skyline), Paul Williams (Bob Dylan años de juventud), o Brian Southall (Los tesoros de Bob Dylan).