Celebrar la “Jornada de Ibiza, diócesis misionera” es un reto y una esperanza. Un reto porque supone recordar lo que han hecho nuestros antepasados para ser testimonio de una Iglesia que alienta y que reza en tierras lejanas, venciendo dificultades y dando muestra del amor que Dios tiene por nosotros con hechos y palabras. También es una esperanza porque vemos cómo la semilla sembrada en el pasado no ha cesado de germinar y de dar fruto.

Las raíces de la fe que nos legaron nuestros mayores siguen vivas y fructificando. Si volvemos la vista atrás, encontramos nuestras profundas raíces misioneras en los nombres de aquellos ( sacerdotes y religiosas) que generosamente entregaron su vida a los más necesitados en países lejanos anunciando el reino de Dios:

Antonio Torres Mayans, nacido el 24 de junio de 1861, catedrático de matemáticas y física en la Abadía de Monserrat y nombrado hijo ilustre de la ciudad de Ibiza por el Ayuntamiento de Ibiza, prestó sus servicios en Australia. Francisca Costa Juan en Perú, Juan Escandell en Italia, Victoria Escandell Tur en Zaire, Antonia Marí Planells, Sor Rosalía, que sigue en Perú , Juan Palau Ramón en la India, Vicente Planells Planells en Nicaragua, Antonio Ribas Ribas en Honduras, Carmen Juan Ramos en Zaire, Antonia Tur Ribas en Perú, Miguel Torres Cardona en Argentina, Antonio Riera Planells en Paraguay, Antonia Juan Torres en la India, Juan Riera Bonet en Perú, Juan Torres Tur en Perú, Vicente Tur Ribas en Perú, Pedro Areta Berazain en Brasil, Jaime Rotger Serra en Venezuela , Vicente Torres Font en África, Vicente Riera en la India, Jaime Morey, que desarrolló su actividad pastoral en la diócesis de Ibiza, en el Congo, etc

Aquí se relacionan los nombre de los que tenemos constancia, sabiendo que no están todos los que fueron. A ellos cabe sumar todas las personas laicas que también han realizado y realizan voluntariado misionero.

Todos ellos, además de su gran labor misionera, realizaron una intensa promoción social y cultural en los distintos lugares.

En la actualidad, los proyectos iniciados por ellos siguen vigentes en manos de personas del lugar, acompañados siempre por las Iglesias particulares.

El Papa Francisco nos dice: «La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión “esencialmente se configura como comunión misionera» (ChL 32). Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie. Así se lo anuncia el ángel a los pastores de Belén: «No temáis, porque os traigo una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo» (Lc 2, 10). El Apocalipsis se refiere a «una Buena Noticia, la eterna, la que él debía anunciar a los habitantes de la tierra, a toda nación, familia, lengua y pueblo» (Ap 14’6).

Son palabras que nos animan a seguir saliendo para testimoniar el amor de Dios, su salvación y su liberación. También del mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones 2020 surge el lema “Aquí estoy, mándame”, una clara invitación a experimentar la vida como una vocación que viene de Dios y se concreta en la misión de servicio a los demás. Todos, en nuestro entorno y nuestro día a día, debemos ser misioneros y testimonios del amor de Jesús.

Continuemos nosotros, en la Diócesis de Ibiza y Formentera, con nuestra colaboración económica y nuestras oraciones, siendo el eslabón presente de esta cadena de difusión del Reino de Dios, que otros iniciaron comprometidos y apasionados por ayudar al prójimo.