Resulta que cada cuatro años, cinco en este caso, ocurre un fenómeno sin igual. Parece que el tiempo se detiene y se entra en una especie de trance en el que el deporte se convierte para muchos en lo más importante. No hablo de fútbol, ni de baloncesto, tampoco se trata del tenis. Hablo del deporte en lo más amplio de su palabra. Si algo tienen los Juegos Olímpicos es que hacen que un asturiano viva con intensidad, como si se estuviese jugando casi su vida, la subida por una pared de un chaval extremeño de 18 años. Un joven cuya existencia desconocía hasta hace poco más de un mes. Es magia.
Opinión
Cada cuatro años...
También en Opinión
- Govern y sindicatos acuerdan que las auxiliares de enfermería cobren un plus de 196 euros al mes
- Tres detenidos por blanquear 680.000 euros del narcotráfico con una empresa de reparación de embarcaciones
- Multazo de casi 300.000 euros por construir dos casas de madera en pleno parque natural de Ibiza
- «En Ibiza ganas dinero pero no tienes dónde vivir»
- «Me gané la vida con lo que me enseñó Felipe de la Peña»
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.