Antoni Marí 'Carraca'. | ARGUI ESCANDON

Cuesta imaginar un alcalde de Sant Joan de Labritja distinto a Toni Marí Carraca, pero algún día tenía que suceder. El alcalde más veterano de toda Balears abandona la política activa y no volverá a aspirar a revalidar el cargo, algo que con toda seguridad sucedería si se volviera a presentar, pero es hora de entregar el relevo a alguien más joven y con más ilusión y ganas que él. Pero también es fácil adivinar que ningún otro candidato del PP logrará los resultados que el experimentado político, básicamente porque nadie tiene ni su tirón electoral, ni su bagaje político, ni su conocimiento del entorno joaní. Los populares aún no han decidido quién será su candidato a suceder a Carraca, pero los dos nombres que podrían aspirar al puesto, Santi Marí y Tania Marí, no le llegan a la suela de los zapatos en cuanto a movilización electoral. Es más, la división que hay en el PP local es, por lo que se conoce, enorme; algo que supone en riesgo aún mayor de desmovilización del electorado, según quién sea el cabeza de lista.

Lo que está clarísimo es que no se alcanzarán los 10 concejales de las elecciones de 2019 y menos aún con la irrupción de Sa Veu des Poble, con Javier Torres de Ciudadanos encabezando la papeleta electoral. El centroderecha joaní divide aún más sus fuerzas, algo que podría suponer una oportunidad para la izquierda, porque si el PP no alcanzase los siete regidores, correría el riesgo de perder este tradicional feudo del PP, algo impensable si no fuera porque Carraca se retira. En el PP parecen muy confiados en que la victoria será para ellos en casi todas las instituciones, aunque presenten como candidato una escoba; pero alerta, porque no ganar por mayoría absoluta les expone a posibles pactos de izquierda que podrían mandarles a la oposición.