Imagen de archivo del hospital Can Misses.

Esta es la metáfora más pertinente para describir la sangría de especialistas que se van de la menguada sanidad pública ibicenca y formenterense a la sanidad privada de la isla o lo que es peor, fuera a otras comunidades. A la gran dificultad de captar médicos para los 50.000 ibicencos, a lo que hay que sumar los 300.000 habitantes de la temporada veraniega, hay que añadir una progresiva desfidelización de muchos especialistas, que optan por la fuga, generándose una deficiente ratio de profesionales lo que ocasiona que servicios médicos estratégicos estén bajo mínimos.

Por otra parte, si Ibiza está bajo mínimos, difícilmente puede socorrer mediante el desplazamiento de especialistas a Formentera. Esta marcha progresiva acumulativa y crónica de especialistas mina la moral y aumenta el desánimo y el desgaste de los que se quedan: «otro más, es normal que se marchen, esto quema a cualquiera, esto es un sin parar etc …. « .

Hay que recordar que hace 16 años, Simebal convocó una huelga, en la que anticipándonos y previendo lo que ahora esta pasando en Ibiza, conseguimos la puesta en marcha del complemento de fidelización para atraer y retener a los médicos. Este plus retributivo daba un estatus especifico a Menorca, Ibiza y Formentera y ha sido, aunque parcialmente un instrumento para conseguir que la sanidad pública ibicenca pudiera tener los médicos que precisa. ¿Se imaginan ustedes las consecuencias dramáticas para la salud de menorquines, ibicencos y formenterenses que no hubiera existido el citado complemento? Pero , en la actualidad, el complemento se revela, dados los datos, como insuficiente y tenemos un problema de órdago a la grande. El diagnóstico está claro: es un problema estructural, que se ha ido agudizando a lo largo de los últimos años. Ir a trabajar de medico a Ibiza o Formentera no es incentivador, por mucho que las proclamas políticas, pregonen lo contrario.

La realidad nos muestra, desgraciadamente, que la fuga de médicos no cesa y por otra parte, nos señala que las estrategias para captar y fidelizar médicos no están funcionando. Un problema estructural no se cura ni se resuelve con medidas coyunturales que actúan en plan parcheo, retrasando mas la terapia de choque que es inevitable. Un enfermo en la Uci no se cura con homeopatía ni remedios alternativos. El Ib Salut tiene que asumir que el complemento de fidelización del 2007, - gran éxito de Simebal-, aunque haya sido recientemente actualizado (muy mejorable) y ampliado no consigue, -dado el éxodo y las dificultades para captar-, y    hay que complementarlo con otras estrategias, tal como hacen muchas comunidades y últimamente Ingesa que gestiona la sanidad pública de Ceuta y Melilla.   

Los médicos ceutíes entre complemento de indemnización de residencia y el plus de puestos de difícil cobertura    cobran unos 16.000 euros anuales , mientras que un medico ibicenco que lleve mas de 13 años en la isla cobra unos 8.000 euros. Así pues urgen poner en marcha dos medidas retributivas: actualizar y equiparar el complemento de indemnización de residencia al de Ceuta y Melilla e implementar el estatus de área sanitaria de difícil cobertura, que evidentemente no es equiparable retributivamente al complemento de fidelización, aunque pudiera integrarlo.

Vuelvo a recordar la deuda sanitaria histórica, que el Gobierno central tiene con Baleares desde 2002 (unos 2.800 millones de euros) y el manifiestamente mejorable REB. Y recordar los grandes agravios retributivos de los médicos, una vez más: sueldo base un poco mas alto que el salario mínimo. 40% paga extra recortada desde el 2010 y tiempo trabajado de guardias ( unos 5 años) no computan para jubilación . Tela. Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.