‘Sa repartidora’ | Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Ahora se comprende que el Govern balear se haya opuesto con tozudez a bajar los impuestos a los ciudadanos, por más que haya registrado cifras récord de recaudación tributaria, aprovechándose de la ola inflacionista. El famoso escudo social del que tanto se habla en los actos del PSOE ha de financiarse de alguna forma. Robin Hood asaltaba en el bosque de Sherwood a los ricos que lo atravesaban, para repartir el botín entre los pobres. Y eso es lo que ha hecho Francina Armengol, emulando también al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Robar a los ricos para repartir a los menesterosos.

¿Quién podría criticarlo? Pues aquellos que ponen en duda que el fruto del saqueo proceda de los ricos y que los beneficiarios sean realmente necesitados. Pongamos un ejemplo. El Govern anunció una ayuda social a la protección por desempleo, con el objetivo de atenuar los problemas derivados del aumento del coste de vida de los trabajadores inscritos en el Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE) entre el 1º de noviembre y el 23 de diciembre del año pasado y que estuvieran cobrando prestación contributiva o subsidio de paro. El 22 de febrero comenzó a pagarse la ayuda, 300 o 600 euros, dependiendo de si se percibía prestación o subsidio. Pues bien, ya estamos en el mes de abril y muchos trabajadores fijos discontinuos ya se han incorporado a sus puestos en el sector hostelero.

Aún no han cobrado la ayuda y ahora no tiene ningún sentido porque cuando les hacía falta era cuando no trabajaban, no ahora que ya trabajan y sus ingresos han mejorado. Pero da la sensación de que estas ayudas y también otras que ha dado el Gobierno, lo que persiguen realmente es un objetivo electoral, de mayor rentabilidad en votos que si se hubiesen bajado los impuestos, cosa que la recaudación permitía. ‘Sa repartidora’ ha funcionado a toda máquina.