Imagen de archivo de una patera llegada a las Pitiusas. | Archivo

Ayer arribaron a Formentera dos pateras, una con doce ocupantes y otra con once, procedentes de Argelia. La Guardia Civil logró interceptarlas y trasladar a los inmigrantes irregulares a las dependencias del Instituto Armado a fin de instruir el oportuno expediente de devolución, que no se ejecutará porque desde que Pedro Sánchez, con todo el Congreso de los diputados en contra, a excepción de las ovejas del Grupo Socialista, cambiase unilateralmente y por capricho presidencial, la postura de España en relación al Sáhara. Desde aquel momento, Argelia rompió relaciones con nuestro país y no aceptan que se les devuelvan los inmigrantes que entran en España de forma irregular.

Este año ya han llegado 12 pateras a Baleares desde Argelia, con 186 inmigrantes, en su inmensa mayoría varones. El año pasado llegaron 174 pateras, con 2.570 almas. Todos estos seres humanos entran en España y no son devueltos a Argelia porque este país no los admite, por lo que a los pocos días quedan en libertad. Es una ruta cien por cien segura, gracias al Gobierno de Pedro Sánchez, que amén de traicionar al pueblo saharaui con su política presidencialista que vulnera la legalidad internacional y sin contar con consenso en el Parlamento, pues sólo el PSOE apoya este cambio inexplicable perpetrado con el único fin de satisfacer a Marruecos, ha generado un boquete de proporciones colosales en la frontera sur de Europa.

Es increíble que la Unión Europea no exija al Gobierno que detenga esta vía de agua que, sin duda, irá a más. Y aún más increíble que en nuestro país nadie alce la voz para denunciar que el capricho de Pedro Sánchez, del que son cómplices sus socios de Unidas Podemos, supone que miles de inmigrantes irregulares que llegan a Baleares desde Argelia, quedan libres y sin papeles. Otro fracaso socialista.