M i gran compañero y mejor maestro en esto de la radio y de la vida Agustín Prades tiene por costumbre iniciar el programa Más de Uno Ibiza y Formentera de Onda Cero indicando a los oyentes en qué día internacional estamos. Y este viernes 15 de septiembre nos sorprendió a todos contándonos que todos los años cada 15 de octubre se celebra el Día de la Democracia.
Se trata de un día establecido en 2007 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y que cada año tiene un lema diferente, siendo el de esta edición ‘Empoderar a la próxima generación’. Y es que según sus convocantes, la democracia ‘debe progresar de la mano de unos jóvenes que deben comprender que su voz cuenta’. En 2022 se abordó el tema de proteger la libertad de prensa, en 2021 la resiliencia como base para afrontar futuras crisis o en 2020 el desafío que supuso la aparición del coronavirus, debido a las medidas de emergencia que tuvieron que adoptar distintos gobiernos para contener la pandemia, aunque de eso prácticamente ya ni nos acordemos.
Sin embargo, permítanme que mientras escribo estos dos primeros párrafos esboce una mueca de desgana y hasta de fastidio acompañada de una pequeña sonrisa irónica y hasta un gesto de incredulidad. Porque sí, porque todo esto es muy bonito puesto sobre un papel, con grandes y pomposos términos, y escritos y pronunciados por quienes trabajan sentados en imponentes sillones mientras otros realmente se juegan la vida sobre el terreno. Porque sí, porque es fantástico eso de que la democracia es un valor universal inherente al ser humano pero que se lo digan a todos aquellos que viven, luchan y trabajan en alguna de las dictaduras que aún siguen resistiendo en nuestro planeta y que en muchos casos están más cerca de lo que queramos reconocer mientras seguimos mirando para otro lado.
Y es que aunque nos empeñemos en vivir en nuestra propia burbuja, no estamos para presumir. Cada año desde 2006 la revista británica The Economist hace un estudio que llama Índice de Democracia Global donde otorga una puntuación a la salud democrática del planeta representada por 167 países, estableciendo si tienen democracia plena, democracia deficiente, régimen híbrido y régimen autoritario en base a aspectos como su sistema electoral y pluralismo político, las libertades civiles, el funcionamiento de su Gobierno, la participación política y la cultura política, y en el año 2022 solo 24 países del mundo entran en la calificación de democracia plena, incluyendo España. Por tanto, si atendemos a este informe solo el 8% de la población mundial puede disfrutar de este maravilloso derecho inherente del ser humano mientras que se calcula que hay un 37% de señores y señoras como usted y como yo en todo el mundo que viven bajo un régimen autoritario. Así que no se ustedes pero a mí estos datos me hacen reflexionar y darme cuenta que somos unos privilegiados por vivir en este lado del mundo y al mismo tiempo lamentarme porque muchos de estos héroes anónimos que luchan por cambiar todo esto mientras nosotros disfrutamos de la comodidad de nuestro sofá, de una buena serie en la televisión o del último juego de nuestra consola, jamás saldrán en los medios de comunicación, ni se les darán las portadas que merecen hasta que desgraciadamente acaben en una esquina tiroteados, encerrados en cárceles o siendo silenciados de maneras aún más crueles. Y lo que es peor, me demuestra que sigo siendo un tipo cobarde que dice mucho pero que a la hora de la verdad no les llega ni a la suela de los zapatos, escondido en esto que se ha dado estado del bienestar y que muchos aún se atreven a criticar.
Por todo ello también me duele ver cómo se lanzan de forma gratuita según qué declaraciones en un país como el nuestro que, por cierto, ocupa el puesto 22 en el citado estudio de The Economist. Me parece fuera de lugar y hasta de mal gusto decir que aquí no disfrutamos de democracia viendo como están ahí fuera y porque, aunque todo sea manifiestamente mejorable, aquí podemos votar cada cierto tiempo a nuestros representantes políticos o hacerlo en blanco, podemos publicar nuestras opiniones con el único límite del mal gusto o podemos hablar sin tener miedo a ser arrestados sin saber si mañana volveremos a casa. Y sobre todo porque todo es mucho más fácil si no te estás jugando la vida y cobras un buen sueldo a final de mes.
Así que sí, feliz día de la democracia a todos los que la disfrutan, y a los que no, todo mi apoyo aunque sea desde la distancia y de forma cobarde y a través de unas simples líneas en un artículo de opinión. Y ojalá algún día el informe de The Economist nos diga que los 167 países que analizan tienen ya una democracia plena aun,que siendo humanos y conociéndonos como raza, permitánme que no sea demasiado optimista.