EEs cierto que en determinadas ocasiones, la mayoría nos vemos obligados a tener que falsear lo que realmente pensamos, con el objetivo de conseguir algo que queremos. Seguro que todos tenemos algún ejemplo de algo que hayamos dicho o hecho y que nos podía convenir, a pesar de saber que lo correcto era más bien lo contrario. Eso viene ocurriendo en muchos aspectos de nuestro día a día y por supuesto, en la política también.
A decir la verdad, en la política tal cosa ocurre mucho más a menudo de lo que ocurre en la vida real de cualquier ciudadano. Y para muestra, un botón. En estos últimos días, una de las noticias que hemos podido conocer, ha sido la entrada en vigor del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) del municipio de Eivissa, una vez aprobado definitivamente y tras su publicación en el BOIB. En principio una noticia así, debería ser motivo de alegría general, ya que se trata de un documento que fija y establece las normas y reglas a seguir a nivel urbanístico, para conseguir el municipio presente y futuro que queremos.
Lo cierto es que la visión que acabo de exponer, no pasa de ser una idea utópica más, ya que en realidad el PGOU nunca pasa de ser un elemento de discordia y enfrentamiento entre partidos políticos rivales de un municipio. Y por todo ello, vale la pena hacer un poquito de historia y volver unos 22 años atrás, a mediados de la legislatura de 1999-2003, en la que yo mismo y como concejal de urbanismo de Vila, firmé la propuesta del inicio de la revisión del PGOU que estaba vigente desde 1987. En aquel momento, todos éramos conscientes de que se iniciaba un arduo y complicado camino, que sabíamos que iba durar varios años.
Muchas veces la realidad supera a la ficción y puedo asegurar que en ese momento, nadie pensó que pudieran pasar más de 20 años para poder poner en práctica el nuevo planeamiento revisado. No sin obstáculos que salvar, en 2009 se consiguió aprobar un nuevo planeamiento municipal, sin embargo algo no se debió hacer correctamente, sin que pueda concretar por mi parte ya que deje de ser concejal en 2003, lo que motivó que una sentencia del Tribunal Supremo anulara ese nuevo PGOU. A partir de la citada sentencia, hubo que retomar el trabajo de nuevo.
Quiero recordar cuándo empezó todo, ya que a raíz de la aprobación definitiva del nuevo planeamiento por parte de la Comisión correspondiente del Consell Insular, en el mes de julio del presente año 2023; se quiso dar a entender que el proceso de revisión del Plan General se inició hace tan solo una década. Nada más lejos de la realidad, ya que como he dicho antes, fue en 2001 cuando se dio inicio a la revisión del Plan de 1987.
Por supuesto, nadie asumirá responsabilidad o culpa en que hayan sido necesarios más de 20 años para poder tener un nuevo PGOU en vigor. Ahora bien, la polémica ha surgido en los últimos días a raíz de las declaraciones hechas por unos y otros al hilo de la entrada en vigor del nuevo planeamiento. No resulta difícil ver la satisfacción de los mandatarios del PP en el Ayuntamiento de Vila y, la verdad es que ello choca frontalmente con la postura y actitud mantenida por este mismo partido antes del 28 de mayo, estando en la oposición.
Todavía resuenan las palabras de Marí Bosó como portavoz del PP en la pasada legislatura, quien a raíz de la aprobación provisional del nuevo PGOU, por parte del entonces gobierno municipal progresista y a pocos días de las elecciones de mayo, calificó tal propuesta de «otra chapuza» y de hacerlo ahora «deprisa y corriendo». También critico duramente que en el mismo se contemplara la obligatoriedad de dedicar un 30% de todas las nuevas promociones a construir a VPO, estimando que ese porcentaje no debería subir del 20%. En definitiva definió el nuevo Plan General, como pura «ficción».
Ahora resulta que el nuevo gobierno del PP en el Consell d’Eivissa adelantó su toma de posesión para poder aprobar en plazo y de forma definitiva lo que ellos habian definido como «chapuza» y «ficción». Por otra parte el actual alcalde del municipio, Rafa Triguero del PP también, cataloga la entrada en vigor de este nuevo Plan General a raíz de su publicación en el BOIB, de día importante para el municipio que ahora gobierna, ya que ello supone dotarlo de seguridad jurídica en materia de planeamiento urbanístico.
No se puede ser más inconsistente y contradictorio; además hay que señalar que este nuevo PGOU ya vigente, mantiene la para los populares aberrante cifra del 30% de las nuevas promociones, destinado a VPO. Cabe recordar que cualquier modificación puntual del planeamiento, requiere prácticamente de la misma tramitación que una revisión; por lo tanto intentar rebajar este porcentaje no va a ser de un día para otro.
En conclusión, quien soltaba pestes del PGOU del gobierno progresista, es el mismo partido que ahora está encantado de que este aprobado, en vigor y pudiendo gestionarlo. No cabe duda que en política cabe todo.