Una de las cuestiones a reseñar y que en el campo político cerraron el año 2023, fue una entrevista realizada por este mismo periódico al Presidente del Consell Insular d’Eivissa. Vale la pena analizar algunas cuestiones que él mismo toca en sus respuestas. De lo que se desprende en alguna de ellas, he de decir que no cabe más que darle la razón, si bien a reglón seguido cae en flagrantes contradicciones.
Nadie puede poner en duda la apabullante victoria de la derecha en nuestra isla en las elecciones locales del pasado año, ahora bien se trata más de un clarísimo voto de castigo a la izquierda, que de los meritos cosechados desde la derecha. La falta de soluciones a los grandes y graves problemas de la isla, han pasado factura a quienes tenían la responsabilidad de resolverlos y no han sabido.
Dice Vicent Marí, que en política hay que trabajar el dialogo y el entendimiento y que hay que convivir sin extremismos. Quiero señalar que no puedo estar más de acuerdo con esa frase, pero lo mejor que debe tener la política, es poder poner en práctica las frases acertadas. Y es precisamente la falta de entendimiento y las nefastas relaciones con la extrema derecha, lo que marca la política de su propio partido desde el Govern Balear. Un ejecutivo autonómico que nada más empezar demuestra que no solo convive con extremismos, si no que su permanencia depende de ellos. Y en lo que a dialogo y entendimiento se refiere, que les pregunten a patronales o sindicatos, que de un día para otro se han quedado sin ninguna subvención del Govern, por exigencia de Vox. Poca capacidad de entendimiento con los diversos colectivos de la educación parece existir, cuando va a aplicarse la segregación lingüística en nuestros centros educativos a partir del próximo curso escolar.
Pocos dudarán a día de hoy de que el mayor y más grave problema al que debemos hacer frente, es el de la vivienda. Realmente es acertada la frase del Presidente Insular, cuando afirma que son necesarias políticas de vivienda contundentes, que favorezcan un mercado de alquiler a precios razonables. Pero claro, el decreto de emergencia habitacional está muy lejos de esa contundencia reclamada. Desde el Govern y el Consell, solo se habla de ofrecer más seguridad y garantías a los propietarios, sin querer ver que a la mayoría de ellos lo que más les preocupa es el indecente ingreso que pueden obtener fuera del circuito de alquiler reglado.
Otro apartado a destacar de la entrevista, es el tema de los traspasos de competencias al Consell, afirmando Vicent Marí que este será el año en que se haga efectivo el de las residencias. Y aquí precisamente quiero recordar otra frase suya en la que afirma que hay que cumplir con todo lo prometido y sinceramente, parece olvidar que el mismo sigue sin cumplir el compromiso de conseguir el traspaso de la gestión integral del agua al Consell, tema del que ni tan siquiera ha hablado. Es cierto que como el mismo dice Eivissa no es Mallorca y en temas de agua mucho menos, pero veremos cómo desde Palma no quieren saber nada del tema.
Importantísimo es también el tema del transporte por carretera, servicio público que en nuestra isla es tercermundista y a años luz de lo deseable. Aquí también tiene su altísima importancia el traspaso de competencias, ya que este transporte fue traspasado a la isla, con una ridícula y vergonzante partida económica. El Govern invierte más de cien millones anuales en transporte terrestre en Mallorca, mientras Eivissa se queda a dos velas. A día de hoy, persiste la tomadura de pelo de Palma con nuestra isla.
Ligado a este mismo tema, encontramos el Plan Insular de Transportes, que debería ser la solución al caos del transporte público insular y que en realidad provocara poquísimos cambios en el mismo. Mucho se viene reclamando un nuevo convenio de carreteras, pero lo que realmente se necesita es un convenio en materia de movilidad. Hacen falta mejoras en las infraestructuras viarias y en el transporte público y eso no quedará resuelto solo con un convenio de carreteras. Hasta ahora, ni la izquierda ni la derecha han sido capaces de resolver este entuerto, veremos que ocurre de ahora en adelante. En cualquier caso, pocas expectativas reales cabe tener, si tenemos en cuenta que antes de adjudicar una nueva concesión, el propio sector ya se viene quejando de la oferta económica.
Tampoco podemos olvidarnos del tema de la saturación turística; ciertamente estamos obligados a tomar consciencia de que el nuestro es un territorio limitado, vivimos en una isla y para seguir disfrutando de ella durante muchos años más, es imprescindible saber hasta dónde se puede llegar y fijar un techo a la oferta. Si no somos capaces de establecer un control férreo, corremos el éxito de acabar muriendo de éxito.
Estas líneas, no son más que un ejemplo de las muchas promesas y compromisos que quedan por cumplir y de los muchos problemas que quedan por resolver.