Hace ahora una semana se celebraron las elecciones autonómicas en Galicia. Atendiendo a los augurios de las diversas encuestas, todo hacía pensar que iban a ser reñidas y que después de varias legislaturas de mayoría absoluta del PP la derecha podría acabar en la oposición si la suma de los votos de PSOE y Bloque les daba la mayoría suficiente para gobernar.
Finalmente, y una vez finalizado el escrutinio, el resultado fue una nueva mayoría absoluta del PP y una verdadera debacle para el PSOE de Galicia. En la izquierda fue el BNG quien se llevó el gato al agua obteniendo 25 diputados, si bien estos fueron insuficientes para sacarles de la oposición a pesar del incremento espectacular de los mismos.
La gran decepción la provocó el resultado obtenido por los socialistas gallegos, quienes consiguieron la tristísima cifra de nueve diputados y que acabaron a años luz del BNG y del PP. Como siempre suele ocurrir, y a raíz del citado resultado obtenido, se ha intentado buscar una explicación mínimamente razonable al mismo. Dicha explicación se basa en la bisoñez del candidato socialista y en el poco tiempo que el mismo y su equipo habían tenido desde su nombramiento para conseguir que su mensaje calara entre la población gallega.
El candidato socialista se ha comprometido a quedarse haciendo oposición y desde allí tratar de recuperar el territorio perdido. Al mismo tiempo, y después de un cierto análisis del resultado por parte de la ejecutiva federal del PSOE en Madrid, su secretario general ha querido lanzar el mensaje de la necesidad de fortalecer las organizaciones territoriales del partido. Sin duda éste es un mensaje claro que, si bien creo que llega tarde, debería servir para que en determinados territorios tomen nota debidamente y apliquen este criterio a rajatabla ya que se trata de algo que sin duda ya debería haberse hecho después de las elecciones de mayo de 2023.
Entre las regiones donde el PP acabó vapuleando al PSOE está nuestra Comunidad Autónoma de les Illes Balears. Aquí se acabaron perdiendo la gran mayoría de los ayuntamientos, los cuatro Consells y el Govern de nuestras islas. En aquel momento nadie fue capaz de hacer el menor ejercicio de autocrítica y si bien en Galicia ha podido parecer lógica la explicación del candidato nuevo y la falta de tiempo para trasladar sus ideas y propuestas al votante en nuestras islas la situación era radicalmente opuesta.
Aquí sí había una candidata que era de sobras conocida, ya que llevaba ocho años gobernando, pero a pesar de ello se obtuvo uno de los peores resultados conocidos. Hay que reseñar que en ningún momento se asumió entonces, ni se ha asumido hasta la fecha, la menor responsabilidad de los dirigentes socialistas en nuestra Comunidad Autónoma. La candidata socialista a presidir el Govern ocupa ahora el cargo de Presidenta del Congreso de Diputados en Madrid, si bien sigue siendo la máxima dirigente del partido en las islas.
La realidad ahora mismo es que la secretaria general socialista no está al frente de la política de oposición al Govern del PP, lo que permite a la derecha en las Illes Balears gobernar con poquísima presión por parte de la oposición socialista ya que ésta no tiene a un líder o referente en las islas que encabece esa labor. Está claro que aquí no ha llegado hasta la fecha esa idea de la necesidad de reforzar la organización territorial. Aquí siguen los mismos dirigentes que llevaron al partido posiblemente a los peores resultados de la historia.
Y si nos ceñimos al ámbito político de las Pitiusas, cabe recordar que Eivissa y Formentera fueron las islas donde la debacle fue más dolorosa ya que se perdió absolutamente todo. De igual manera que ocurrió en el resto de islas aquí nadie ha querido hasta la fecha responsabilizarse de semejante desastre y todos y cada uno de los dirigentes socialistas siguen al frente de las diversas organizaciones del partido.
Aquí, los mismos que en su momento expresaron su extrañeza por los resultados electorales, los mismos que se ampararon en ser víctimas de las políticas del partido a nivel estatal, los mismos que no se enteraron de lo que se estaba cociendo en las calles de sus municipios son los mismos que siguen ocupando los cargos orgánicos que ocupaban entonces y que, por tanto, siguen al frente del partido a todos los niveles.
Los perdedores después de haber estado gobernando, los que recibieron el tremendo castigo que se les infringió siguen siendo los que pretenden convencer a la sociedad que hay formas distintas de gobernar. Lo cierto es que hay formas distintas de gobernar, pero estas personas ya demostraron no ser ellas las más adecuadas para convencer y demostrar a los futuros votantes que las políticas de izquierdas son mejores.
Hace falta un cambio radical y urgente al frente de PSOE en todas las islas y a todos los niveles ya que con los actuales dirigentes solo se está perjudicando al partido. O hay relevo o puede haber PP para rato.