Francina Armengol. | Europa Press

La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ya nos mintió al decir que no había estado en el Hat Bar tomándose unas copas cuando los bares deberían estar cerrados, tal y como decretó su propio Govern. En sede parlamentaria Armengol dijo que la noticia sobre su incidente en un bar era falsa, pero poco a poco se descubrió la verdad. Y se supo que el propio dueño del bar decidió mantener abierto su negocio porque estaba la presidenta con personas de su entorno, y entonces llegó la Policía Local y abrió un expediente, que después desapareció de forma misteriosa. Durante varios días Armengol se escondió y cuando no pudo esquivar a los periodistas negó el incidente del bar. Solo cuando las evidencias eran muy claras la expresidenta admitió los hechos y se disculpó. Armengol no dimitió. Por unos hechos muy similares, Boris Johnson renunció a su cargo de primer ministro británico.

Tenemos entonces evidencias de que Armengol ha mentido (al menos una vez lo ha hecho) y por ello hay motivos para sospechar que con el caso de las mascarillas oculta información relevante. Porque se pueden entender las prisas en comprar mascarillas a China en el peor momento de la pandemia, pero lo que no se comprende es que, a pesar de saber que el material era defectuoso, se almacenase durante años sin devolverlo al vendedor, que en este caso era la empresa vinculada al exasesor de Abalos. La Armengol que ha salido a dar explicaciones sobre el ‘caso mascarillas’ una semana después de estallar el escándalo recuerda muchísimo a aquella expresidenta del Govern que negó haber estado en el Hat Bar, indignadísima también cuando el entonces portavoz del PP lo insinuó en el Parlament. «Es una mentira», dijo.

Están siendo días muy complicados para los socialistas de Balears. Posiblemente los peores desde que empezó la autonomía balear, pero lo que no se puede entender es que, a pesar de las evidencias, el portavoz del grupo socialista en el Parlament, Iago Negueruela, intente (con escaso éxito, sin duda) hacer creer que el ‘caso Koldo’ es en realidad el ‘caso Prohens’ porque, según esgrime, el actual Govern ha dejado caducar la reclamación de las mascarillas. Supongo que Negueruela no leerá este periódico que él hubiese querido cerrar cuando era el todopoderoso portavoz del Govern la pasada legislatura, pero sus reacciones ante el ‘caso mascarillas’ comienzan a ser bastante inquietantes. No es extraño que hasta sus colaboradores prefieran irse a trabajar con el PP.

También es llamativo que el PSOE critique que desde el PP se utilicen las redes sociales para desacreditar una noticia sobre este escándalo publicada por un digital. Recuerden que los socialistas de Ibiza se dedicaron durante año y medio a acosar a este medio, y a algunos de sus periodistas, por noticias veraces y contrastadas. Es difícil de olvidar que hasta un dirigente del PSOE creó un perfil falso en twitter para arremeter contra Periódico de Ibiza. Es evidente que solo defienden la libertad de expresión mientras ellos no sean objeto de ninguna crítica.

El ’caso mascarillas’ solo acaba de empezar. Recomiendo a sus protagonistas en Balears que se tranquilicen porque la investigación irá desgranando toda la verdad y lamentablemente parece que, mientras los ciudadanos eran obligados a estar encerrados en casa, algunos dirigentes socialistas se forraban ilegalmente. La cuestión es saber si Armengol lo sabía.