Mañana, ocho de diciembre, es fiesta en España, es fiesta en toda la Iglesia católica a lo largo de todo el mundo, es fiesta en muchos países. En España es la fiesta de la Patrona ya que María Inmaculada fue proclamada Patrona de España por el papa Clemente XIII, mediante la bula "Quantum Ornamenti", de fecha 25 de diciembre de 1760. Se lo había solicitado el rey Carlos III, como otros reyes españoles habían hecho repetidamente. El 8 de diciembre de 1857, el beato Pío IX hizo construir en la plaza de España de Roma, capital de los Estados Pontificios en los que aún reinaba, el monumento a la Inmaculada que sigue enalteciendo la ciudad. Al bendecir la imagen colocada sobre una esbelta columna frente a la embajada de España, declaró al embajador: «Fue España, la Nación, que por sus reyes y por sus teólogos, trabajó más que nadie para que amaneciera el día de la proclamación del dogma de la Concepción Inmaculada de María».

Es Patrona también de otros muchos países: Estados Unidos Corea, Japón, Filipinas, Portugal, Panamá, etc. En Nicaragua se visitan las personas en sus casas y el saludo este día es decirse: «¿Qué trae al mundo tanta alegría? La Inmaculada Concepción de María».

En Ibiza es también una fiesta importante. Y la celebramos, no sólo laboralmente, ya que forma parte del calendario de fiestas laborales vigente, sino que no faltan lugares e instituciones que acogen y viven esta fiesta. Esta noche, a las veintiuna horas, en la Catedral, donde se venera una hermosa imagen de la Inmaculada –restaurada hace unos años por la aportación de Don Luis Llobet- tendremos una vigila para prepararnos a esta celebración importante: os animo, estimados lectores a participar. Mañana, diversos grupos harán religiosamente su fiesta: así el barrio de Sa Forada, donde hay una capilla con culto dominical dedicada a la Inmaculada, tiene una solemne celebración a las 12; la colonia de filipinos, que también la tiene como Patrona, hará una celebración en la Catedral; los militares residentes en la Isla, etc. También en todas las parroquias de nuestra diócesis las celebraciones de ese día tendrán como objeto honrar a la Inmaculada y aprender de ella, cuya imagen está en muchas de nuestras Iglesias.

La fiesta de la Inmaculada nos presenta un privilegio que Dios concede a María de Nazaret a favor de toda la humanidad. Como dice la Bula Ineffabilis Deus, del 8 de diciembre de 1854, del Beato Pío IX, "...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de todo mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelado por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles ...» . El privilegio que Dios le dio no fue hacerla rica de bienes materiales, ni poderosa en cualquier aspecto (social, político, ambiental,..), sino preservarla del pecado desde su concepción: el pecado es la miseria más grande que pueda existir, no hay ninguna desgracia comparable con el pecado.

Y liberada del pecado, María es la persona más libre que haya habido sobre la tierra. En efecto, el estado de gracia conduce a la verdadera libertad, porque si estamos unidos a Dios las personas podemos entender el verdadero valor de las cosas, de las opciones y vencemos a la tentación de postrarnos ante los ídolos efímeros y vacíos. Como dice la misma Virgen María en el Magnificat: "Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos."

Vivir en gracia de Dios es poder vivir en libertad. Hoy, cuando hay tantas esclavitudes, Dios, por medio de la Virgen Inmaculada nos enseña el camino de la libertad. Acerquémonos a ella en esta fiesta y, contemplándola como obra maestra de la libertad, pidámosle que nos obtenga la luz necesaria para vencer las cadenas de esclavitud, que nos conduzca hacia Dios, que no nos da esclavitud sino libertad.

¡María, Virgen Inmaculada!¡ayúdanos a encontrar nuestra verdadera libertad.